El barrio Lalinde, de El Poblado célebre por sus hermosas casonas, es centro de una de las mayores actividades constructoras de la comuna 14. Poco a poco se desdibuja
Basta dar un paseo por el barrio Lalinde, recorrer sus manzanas, para darse cuenta de que el esplendor que en el siglo pasado le confirieron sus hermosas casonas está llegando a su fin. Muchas de ellas hace varios años fueron reemplazadas por bloques de apartamentos y las que quedaban poco a poco ceden su terreno a otras edificaciones.
Hoy es común ver en las diferentes cuadras de Lalinde edificios de apartamentos y áreas comerciales y de servicios en plena construcción, allí donde antes se erigían las casas de habitación de prestantes familias de la ciudad. La mayoría de estas familias se desarticularon por el paso de los años y sus miembros ya no viven en Lalinde, con excepción de unos pocos que hoy residen en apartamentos de la zona.
Según el mapa del Departamento Administrativo de Planeación de Medellín, Lalinde se extiende de occidente a oriente entre las carreras 43 A (Avenida El Poblado) y 36, y de sur a norte entre la calle 11 y las calles 14 y 15. Limita al norte con el barrio Castropol, al sur con El Poblado, al occidente con Manila y al oriente con Las Lomas 1. Su limite sur también lo establece la quebrada La Poblada y varias de las unidades residenciales se han construido muy cerca a ella, algunas sin respetar los retiros. Varias están viendo afectados sus cimientos por el cauce de la quebrada y en temporadas invernales es común que ocasione inundaciones. La Poblada, por fortuna, tiene una veeduría cuyos miembros se reúnen con frecuencia y están pendientes de todo lo que suceda con ella con el fin de prevenir y mitigar emergencias.
Lalinde hoy
Pese a su imparable transformación, Lalinde continúa siendo un barrio con predominio residencial. Se destacan en él edificios como El Corhal, Ardilleros de Lalinde, Los Mandarinos, Callejuelas de Lalinde, Soto Verde, Castropol, Gauus, Pasadena, Rose Park y Poblado de Loma Lalinde, entre otros.
En los últimos años, varios establecimientos y empresas se han convertido en referentes de Lalinde, entre ellos Isagén, el hotel Park 10, Musicreando, el restaurante La Fragata, Bancolombia, El Dorado y las oficinas de Consumo, por solo citar algunos.
Una de las características principales de Lalinde es la facilidad que hay para acceder a él, situación diferente a la de otros barrios de El Poblado. A Lalinde se puede llegar desde la Avenida El Poblado (por la llamada Loma de Lalinde), por la Avenida Las Palmas, por la carrera 34 y la calle 10. No obstante, sus accesos viales también tienen inconvenientes: la Loma de Lalinde es muy estrecha y es de doble vía; además, quienes para salir del barrio toman la Transversal Inferior, se ven más de una vez atrapados en un taco que se prolonga hasta la Loma de Los Parra, y los que quieren bajar por la calle 10 A también suelen encontrarse con un cuello de botella presente casi a cualquier hora del día.
Una de las obras viales proyectadas para construir mediante el sistema de valorización en El Poblado es la polémica ampliación de la Avenida 34. Esta obra, que iría desde La Aguacatala hasta Las Palmas, impactaría también al barrio Lalinde. A la fecha, sin embargo, la realización del proyecto está en entredicho debido a la oposición de algunos sectores de la ciudadanía a que se construya con recursos de valorización y no con dineros del Municipio.
Con nombre de apellido
Al igual que otros barrios de El Poblado, Lalinde debe su nombre al apellido de quien fuera dueño de esas tierras. De acuerdo con la historia sobre este barrio publicada por Vivir en El Poblado en la edición 138 -primera quincena de julio de 1998- don Pablo Lalinde Bravo adquirió en 1914 en este sector una finca de cerca de 20 cuadras para pasar con su familia las vacaciones decembrinas. La compró por 31 mil pesos a Cecilia y Paulina, hijas de Fernando Restrepo.
La finca limitaba por el sur con la quebrada La Poblada y la finca Bretaña; por el norte con la finca Castropol; por el oriente con la finca Villa Lucía, de Paulino Londoño -hoy Hotel Intercontinental-, y por el occidente con la carretera vieja a El Poblado, hoy carrera 43 B o Calle de la Buena Mesa. Eran mangas llenas de árboles frutales, sembrados de café y maíz y con una gran casa que las dominaba, conocida simplemente como La Casa de El Poblado.
Don Pablo Lalinde estaba casado con Evangelina Sánchez y sus hijos eran Olga, Pablo, Hernán, Gustavo, Darío, Ernesto y Marco Antonio. En aquellos años vivían donde hoy es el Pasaje Astoria, en el Centro de Medellín, pero en 1939 decidieron habitar La Casa de El Poblado, que hasta esa fecha solo usaban como veraneadero. No eran pocas las familias que habían hecho lo mismo: dejar sus casas en el Centro para vivir en El Poblado. Y don Pablo no quiso quedarse atrás.
Cuando llegó la parcelación
La propiedad dejó de ser una sola cuando don Pablo decidió parcelar. “Él quiso que todos los hijos ya casados tuviéramos nuestras casas propias y por eso entre 1942 y 1947 comenzó a construir siete casas en las partes altas de la finca”, recordaba hace hace 14 años Marco Antonio, quien ubicó la suya en los terrenos que hoy corresponden al edificio Ardilleros de Lalinde.
Para 1960 ya quedaba poco de la finca adquirida por don Pablo Lalinde. “La única manera que aprendimos de ganarnos la vida fue vendiendo tierras. Eso fue lo que siempre hicimos”, agregaba Marco Antonio.
Pedazo a pedazo se vendió la finca, que ya había perdido parte de su predios como pago de un derrame de valorización y para la construcción de un tanque de Empresas Publicas en la parte alta de Castropol.
Desde momento hasta hoy, Lalinde ha sufrido una transformación similar a la de otros barrios de El Poblado.
Las mismas características del Lalinde actual, no favorecen la existencia de organizaciones comunitarias o una Junta de Acción Comunal en el barrio, aparte de la ya mencionada Veeduría de la quebrada La Poblada. Según Amparo Gaviria, presidente de la Junta de Acción Comunal de El Poblado (sector central) el radio de acción de esta JAC comprende también Lalinde, aunque no hay identificados líderes que tengan participación en la JAL o en la JAC.