El arte de celebrar autogoles

¿Autogol? ¿Quién, yo? ¡No, qué tal! 

Al contrario, como siempre, todo me salió muy bien. ¿Qué tal las jugadas que hice? ¿Vieron mi estilo, las bellísimas frases que inventé?

 Sí, solo unos pocos me aplauden. Y, a ver, ¿cuál es el problema? 

Si Usted es un futbolista de élite, con dominio sin igual del balón; si en un partido clave hace jugadas espectaculares y con una chilena de antología ubica el esférico en todo el ángulo, lejos del pobre arquero, y marca un gol impresionante… solo que en la propia portería… ¿Usted sale a celebrarlo? 

Usted tal vez no, porque seguramente entiende el juego. Lamentaría muchísimo haber contribuido a algo tan negativo para su equipo, que tal vez termine perdiendo el partido o el campeonato justo por esa embarrada.

 Pero sucede que Usted, igual que yo, vive desde 2022 en un país cuyo presidente entiende de manera diferente el juego. Y que sale a defender y celebrar sus autogoles con la misma emoción y orgullo como si fueran goles de verdad. 

¿No condenar el terrorismo de Hamás, mientras se hace el inteligente con retorcidas teorías que podrían terminar en romper relaciones con Israel? ¡Autogol! Serán mucho más difíciles las relaciones con este y otros países antes aliados, que hoy nos miran con creciente desconfianza.

Reformas absurdas a la salud, laboral y pensional, que sólo en apariencia ayudarían a los más necesitados y olvidados… ¡Autogol! Espantarán la inversión, reducirán nuestra ya muy baja competitividad, quebrarán empresas y aumentarán el desempleo, perjudicando en especial a quienes busca favorecer.

¿Desestimular la inversión en petróleo, gas y generación de energía, los rubros que permiten a Colombia mantener su economía a flote? Autogol, aplaudido con emoción por los países que nos compiten o querrán vendernos. Y si hay racionamiento… ¡Doble autogol

No autorizar el alza de peajes en las concesiones viales del país… ¡Autogol! Ya será mucho más difícil hacer buenas vías en el país y los precios no dejarán de subir.

Nombrar por todos lados funcionarios mediocres, únicamente armados de su ideología equivocada, trasnochada y maniquea… ¡Autogol! Cada rato queda en ridículo su gobierno, y por extensión todos nosotros.

Dedicarse a trinar y engancharse infantilmente en cualquier pelea inane en lugar de gobernar; “manejar” las relaciones exteriores por X; llegar siempre tarde; demostrar, sin prisa pero sin pausa, su falta de disciplina y de rigor intelectual…..

¡Autogoles, solo autogoles todo el tiempo!

Después de cada faena, después de que la tribuna le grita con desenfreno que acaba de anotar un autogol, él insistirá que fue gol. Y se autofelicitará.

Saldrá del paso llenándonos de más trinos, citará alguna frase famosa y pretenderá convencer a propios y extraños de que a nuestro equipo lo que le hacía falta era hacer autogoles. 

Hasta 2022, posiblemente no íbamos ganando el partido, pero ahora sí que lo vamos perdiendo. ¡Por autogoleada!

Sin embargo, el autogol más importante que nuestro autogoleador conseguirá en su vida, será la derechización del país…

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