La ciudadanía participa por medio de dibujos y respuestas espontáneas para hacer memoria en el proyecto de transformación del edificio Mónaco ícono de la época más cruel de Medellín.
Por Daniel Palacio Tamayo / [email protected]
En los dibujos realizados por los ciudadanos en las actividades de imaginarios sobre lo que debería ser el edificio Mónaco una vez sea derribado, predominan las mariposas, los árboles y las flores. En cambio, las respuestas cuando se les pregunta por lo que recuerdan o por lo que debería ser y tener este lugar, son más disímiles.
En algunos apartes de la actividad llevada a cabo en la iglesia de Santa María de los Ángeles se lee: “Una época que no quiero recordar”. “Que no sea memoria, que sea muy verde, tranquilo, de descanso y lectura”. Otros piden acudir a lo simbólico: “Que tenga una escultura que represente la transformación y la superación”.
Adriana Valderrama, directora del Museo Casa de la Memoria, entiende que algunos ciudadanos se resistan a hacer memoria. “Hay quienes, por ejemplo, ante un duelo de un ser querido hacen un bloqueo y lo convierten en un tabú; otras personas le ponen fotos, le llevan flores, le celebran el cumpleaños”, explica.
Manuel Villa, secretario Privado de Medellín, afirmó que esperan que después de dos semanas de realizar esta actividad en 18 zonas de la ciudad se pueda avanzar para que en “los primeros meses de 2019, con un evento de impacto y renombre internacional, se pueda demoler el edificio”. El Lleras y Envigado harán parte del ejercicio, con fechas por definir.
El propósito del ejercicio es escuchar a la ciudadanía y tenerla en cuenta en el proceso de diseño que se aproxima. “Si nos preguntan qué vamos a hacer, no lo sabemos; por eso el tema se lo trasladamos a la ciudad”, afirma Villa quien de paso cree que así se asegura una mejor apropiación del espacio.
Valderrama indica que son temas que tienen que seguir en la discusión pública, porque esas “narrativas son importantes para sanar”, a lo que Villa agrega que “el Mónaco es un símbolo de un relato de ficción que nos han venido contando y que no queremos que continúe”, por eso el reto colectivo como ciudad de imaginar y participar para crear un nuevo símbolo en forma de parque.