Para que un proceso adquiera la norma ICONTEC pasa por un proceso de revisión en el que participan productores, consumidores, asociados, universidades, laboratorios y entidades estatales que tengan interés en el producto con el fin de elaborar un catálogo de requisitos que exprese la calidad del producto.
“La norma es una manera de decirle a todo el público y al consumidor que el producto es confiable, además, establece una guía de propiedades características mínimas que debe reunir. Si no existieran estas normas técnicas, el uso de los productos no sería confiable y cuando se trata de materiales de construcción con prestaciones estructurales, como ocurre con los materiales cerámicos, como los ladrillos, digamos que el uso sería inseguro”, expresó Víctor Manuel Aristizábal Gil, ingeniero civil e ingeniero Geólogo de la Universidad EIA, director de la Asociación de Ladrilleras Unidas de Antioquia (Lunsa) y quien preside del Comité técnico del Icontec de ladrillo cerámico.
Marcela Morales, quien además hace parte del Comité técnico de ladrillo cerámico, precisó que lo que se quiere es velar por que los procesos en el sector de la construcción y del ladrillo sean cada vez más fáciles de implementar.
Sobre los procesos, la docente explicó que “ambos elementos son materiales que se construyen a través de la arcilla cocida, como los ladrillos de los muros, pero tienen una geometría especial y unas cargas adicionales. Las bovedillas sirven para su utilización en losas, para hacer las losas de entrepisos en las edificaciones, no sirven solamente como aligerantes, sino que, además, ayudan con una resistencia adicional y el Adoquín, como su nombre lo indica es para ser utilizado en tráfico pesado y debe de cumplir con unas características mecánicas”.