Dos mundos que sumados crean magia

Cuando los grandes corporativos logran descubrir el inmenso potencial que tiene trabajar con emprendedores se crea magia, se crea desarrollo. En Colombia contamos con varios referentes corporativos que llevan años en el mercado marcando el desarrollo del país, y – de forma generalizada- tenemos culturas acostumbradas a desarrollarse de forma orgánica, arraigando formas de trabajar particulares a medida que se siguen posicionando en el mercado.

Es por esto que, a medida que van pasando los años y los cambios pasan de ser un good to have -bueno tener- a un must have -debo tener-, es cuando el cambio se hace más difícil. La resistencia al cambio corporativo se evidencia cada vez más y la adaptación de nuevas formas de pensar, la adopción de nuevas tecnologías y procesos se vuelven un dolor de cabeza, porque… “acá las cosas siempre se han hecho así y funcionan”.

Nadie innova solo, necesitamos corporativos que entiendan que innovar con startups no se reduce a tercerizar la innovación, sino abrirse a nuevas formas de pensar, incluso si eso significa cuestionar sus propias prácticas. Innovar se ha desdibujado un poco, es un término fácil de usar que en muchos casos solo logra un impacto interno leve y ningún cambio de mentalidad dentro de los equipos organizacionales, porque innovar no es solo digitalizar procesos o adoptar tecnologías que pocos saben usar, es resolver retos desde otra perspectiva que cree valor, sostenibilidad y cambio de cultura.

Por eso, innovar de la mano de una startup abre millones de posibilidades al permitir acceso a un pensamiento menos limitante con agilidad de ejecución, acceso a nuevas tecnologías y metodologías.

Colombia necesita una relación más madura entre estos dos mundos. Alianzas estratégicas que sumen lo mejor de ambos; la velocidad y creatividad de las startups con la escalabilidad, experiencia y capital de las grandes corporaciones. Alianzas que permitan a los emprendedores ver los corporativos no solo como clientes o inversionistas, sino como aliados para escalar con sentido, como validadores de su modelo de negocio y su estrategia y, corporativos que no solo quieran adquirir el negocio de un emprendedor para seguir desarrollando la solución in-house -en casa-, sino que estén dispuestos a involucrarse en espacios de co-creación, a incomodarse (y a veces un poquito más de lo que nos gusta), a romper estigmas y potencializar productos y servicios de los emprendedores, respetando su propiedad intelectual pero sumando todo el valor a su compañía.

Hoy tenemos un talento espectacular listo para que grandes corporativos les abran sus puertas a co-crear y aplicar sus productos o servicios. Es momento de creer en el talento local.

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