De acuerdo con la versión de otro testigo, un portero del sector, a esa misma hora escuchó un disparo por lo que buscó protección; sin embargo cree que “el sonido era más parecido a una pistola de balines o de fogueo”.
Luis decidió regresar al taxi que también buscó refugió tras el paso rápido del vehículo blanco desde el que él asegura que se disparó y seguir hacia su casa con algo de susto. “Qué tal que uno esté pasando por ahí”, concluyó.
Aunque sobre los hechos que terminaron con la vidriera del restaurante Wajaca rota, las autoridades y directivas del centro comercial tienen otra versión. El mayor Leonel Rugeles, comandante de la estación de Policía de El Poblado, afirmó que en la madrugada no hubo reportes de disparos ni en la estación ni en el 123, por lo que cree que “el vidrio del establecimiento se cayó solo”.
Por su parte, Maritza Álvarez, administradora del mall afirma que la vidriera se pudo romper sola por los cambios de temperatura entre el día y la noche; además de que no tiene ningún reporte de alguna anormalidad por parte de las autoridades de policía o de la vigilancia privada que hay en el lugar en el lugar. Según Álvarez, la situación también se constató con ayuda de las cámaras de vigilancia del mall comercial.