Dentro de las múltiples expresiones sonoras, la denominada música académica se caracteriza, entre otros factores, por perpetuarse a través de la tradición escrita y por sustentar su potencial estético en la relación formal de los elementos que la componen.
La difusión de este tipo de música requiere un enorme componente formativo que contextualice su “disfrute”, permitiéndole a su público “comprender” en su audición la forma en que está construida.
La ciudad presenció en el último mes dos meritorios intentos por perpetuar los valores que sostienen socialmente la música académica.
El Festival Internacional de Música de Medellín, en su octava versión, permitió disfrutar de repertorio popular y académico en formatos sinfónico y de cámara dentro de una amplísima programación que acompañó cada presentación principal con conferencias, conversatorios y clases maestras.
Entre sus importantes invitados fue definitivamente el joven violonchelista Santiago Cañón quien se apoderó de la atención de los asistentes. No solamente el éxito de su esperada versión del Beethoven como solista, sino también una destacada actuación en el concierto de música de cámara, ratificaron el porqué de su posición en el mundo musical internacional.
Como si no fuera suficiente, el joven músico participó activamente de las sesiones formativas del festival, cerrando la brecha entre quienes actúan como solistas consagrados y los jóvenes del entorno local que aspiran a la misma posición.
Por su parte, Eafit fue la anfitriona de la undécima versión de su Encuentro de Música. El evento estuvo denominado por la intención de complementar una agenda de difusión con actividades de formación para músicos y público en general. Sobresalió la variedad de los programas ofrecidos, conformados por obras de compositores contemporáneos, así como performances musicales, canciones de Bossa y “onda nueva”, en una agenda también de concurrencia sobresaliente.
Entre las actuaciones y clases destacadas vale resaltar la del cuarteto inglés Arditti, que ejecutó obras de autores contemporáneos poco escuchados en nuestro contexto.
Celebramos el reiterado compromiso de la Orquesta Sinfónica de la Universidad Eafit que respalda abiertamente el reconocimiento de nuevos talentos. Su concierto del 26 de agosto cerró su agenda mensual con la presentación del joven pianista Fernando Illera, quien junto a un director invitado y al lado del ya consagrado pianista Sergei Sichkov, interpretó con suma habilidad el concierto para dos pianos de Mendelssohn. La apuesta de esta orquesta profesional por dar a conocer nuevos talentos ratifica su sello distintivo.
El mes de festivales se cerró con un evento simbólico: la unión de las dos únicas agrupaciones de ánimo profesional de la ciudad, la Filarmónica y la Sinfónica EAFIT, reunidas con el fin de ofrecer un concierto donde fue definitivamente la música la mejor beneficiada.
Coda: recomendado el concierto del 10 de septiembre del coro inglés Cantus. Interpretará importantes obras del repertorio coral actual, así como adaptaciones de música popular colombiana.
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