La delincuencia se aprovecha no solo de su capacidad de fuerza sino del miedo y del desánimo de las víctimas ante tanto trámite para denunciar. El reporte en vivo se presenta como nueva solución.
La aplicación se llama Te Pillé, es administrada por la Alcaldía y en sus primeros diez días de operación registra números reveladores: 46.100 descargas por parte de usuarios, que, por normas internas, solo funcionan en Medellín.
Esta es una ciudad asustada, no solo en épocas recientes, y lo revela la investigación de Medellín Cómo Vamos: menos de la mitad de la población se siente segura y un 20%, nada menos unas 500 mil personas, la califica como insegura o muy insegura. Al mismo tiempo hay en las calles una mezcla de deseo de desquite contra la delincuencia más descrédito por la autoridad, que conduce al fenómeno del castigo por propia mano; castigo, que no justicia.
Te Pillé canaliza por conductos regulares las ganas de desquite: desde el teléfono móvil, en anonimato y en vivo se puede reportar el caso de hurto del que sea testigo o víctima.
El acierto de Te Pillé radica en que canaliza por conductos regulares el desquite: desde el teléfono móvil, en anonimato y en vivo se puede reportar el caso de hurto del que sea testigo o víctima. Y en las calles le están copiando, pues en once días sumó 30.000 videos.
Por supuesto, cantidad no es calidad y así lo expresa el funcionamiento de la Línea 123, con sus 4.000 llamadas inoficiosas por día. En el caso del video hay factores de derecho a la intimidad, que pueden llevar la prueba a ser considerada inadmisible o inútil, y hay desconocimiento de la ciudadanía sobre delitos, en el espectro más amplio.
Asimismo, puede derivar la buena intención de Te Pillé en un “te desbordé”, considerando que el Código de Policía ahora no solo persigue a delincuentes, los del raponazo, el fleteo o el combo, sino también a consumidores de bebidas en parques, a quienes usan las zonas verdes como sanitario o a paseadores de mascotas, además equipos de sonido ruidosos.
Mucho trabajo, que solo en hurtos se estima en 16.898 casos el año pasado. Mucho trabajo, que abre la pregunta: ¿A estas alturas de la civilización deberíamos estar dando tanto lío?
De la cascada de videos reportados desde las calles, ya cinco ofrecieron pruebas útiles. En la gestión de los casos, la respuesta eficiente, la protección del testigo y la continuidad del programa, la autoridad tiene una clave para recuperar crédito, mientras la ciudadanía, como derechos, también tiene obligaciones: civismo, pertinencia y solidaridad para dar pie a investigaciones que puedan generar condiciones de tranquilidad para todos.