Débora Arango: Una irreverente expresionista.
Alentada por sus maestros Eladio Pérez y Pedro Nel Gómez, Débora Arango hizo de la pintura, desde su primera exposición en 1937 en el Palacio Municipal, su vehículo expresivo para desafiar la sociedad puritana de la época, protestar contra las injusticias sociales de su entorno, desafiar a dictadores y políticos y cambiar para siempre la historia del arte de nuestro país.
A partir de mediados de los años sesenta y después de décadas de elogios y críticas por sus revolucionarios retratos de mujeres desnudas, personajes de la vida bohemia y representaciones simbólicas de políticos a través de animales, Débora Arango dejó poco a poco las salas de exposiciones para pasar la mayor parte de su tiempo en “Casablanca”, su casa en Envigado, y el lugar donde Carlos Tobón la retrató en 1997.