Lo sensato es que las diferentes opiniones ayuden a tomar decisiones equilibradas, a enderezarlas si es necesario
A raíz del inminente inicio de las obras de Metroplús en la Avenida El Poblado -entre el sector de La Frontera y la iglesia de San Marcos, en Envigado-, el tema ambiental vuelve a ponerse en primer lugar en la agenda de la comuna 14.
No es para menos, pues la construcción de ese tramo de Metroplús demandará la tala de 220 árboles, el traslado de 40 (y permanecerán 272 árboles), lo cual tiene con los nervios de punta a muchos ambientalistas y personas del común, que ven cómo irremediablemente el mayor atractivo de esta vía que une a Medellín y a Envigado se irá al piso para dar paso al desarrollo. En este caso, a un sistema de transporte público masivo con el que se pretende aliviar uno de los principales dolores de cabeza de la ciudad y sus dirigentes: las congestiones viales y la consecuente contaminación.
La preocupación se incrementa cuando están al tanto de que en un futuro cercano otro trayecto de la Avenida El Poblado (entre La Aguacatala y La Frontera) deberá abrirle campo a Metroplús con sus respectivas estaciones. Si bien en un principio se había contemplado que en este tramo el sistema no tendría carril exclusivo y, por tanto, la intervención sería mínima, ya eso está descartado, pues no mejoraría la movilidad. Está decidido que tendrá carril exclusivo y que esto implicará sacrificar especies arbóreas. ¿Cuáles y cuántas? Aún no se sabe, pues apenas está en etapa de diseño, tal y como lo informamos en un artículo de esta edición.
Estos elementos seguramente darán pie ahora para que se prenda la controversia, se empiecen a ventilar argumentos a favor y en contra, unos del lado del desarrollo de la ciudad y otros de la preservación del medio ambiente. Como si no se pudieran conciliar. Pero quedarnos en la polémica como tal sería estéril. Lo sensato es que las diferentes opiniones ayuden a tomar decisiones equilibradas, a enderezarlas si es necesario, y a comprender cuáles son los caminos más cercanos al bien común, aquellos que conllevan al mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos. No solo los de hoy, sino los de mañana, los que están por nacer y deberán enfrentarse a una Medellín y a un Poblado con un número de habitantes cada vez más abundante. Hay que pensar qué van a respirar, pero también cómo se van a movilizar.
Sin duda, El Poblado va a cambiar y muchos de sus árboles característicos no engalanarán más su avenida principal. Esos que son de gran atractivo, tanto para los locales como para los turistas, que se fascinan con el verde de Medellín.
Pero, como decía un habitante de El Poblado, si se van a talar los árboles para darle paso al Metroplús, que el sacrificio valga la pena y que no pasen más por la avenida esos buses de Medellín y otros municipios que contaminan impunemente con sus chimeneas negras el aire que respiramos.