Daniel Fernández es el primer colombiano en presentarse en la Isla de Man. La competencia tiene un registro de 256 motociclistas fallecidos en 107 ediciones. Pero el tema poco les preocupa.
Por: Sebastián Aguirre Eastman / [email protected]
Daniel Fernández dice que entre los participantes el de la muerte es un tema prohibido, pero basta con buscar en Internet referencias de la Isla de Man para encontrar que de las siete primeras entradas, cuatro mencionan la palabra peligro o muerte en su titular.
Se trata del TT (tourist trophy) Isla de Man, un evento que acumula 107 ediciones desde que se realizó por primera vez en 1907 en el mar de Irlanda. Desde entonces se calcula que han fallecido en sus pruebas cerca de 256 motociclistas.
Pero de eso, repite Daniel, ninguno de los corredores habla. Y si algo pasa en la ruta, ni siquiera se evalúa la suspensión de la competencia. El código interno señala que es parte del plan y a eso están dispuestos, incluso por contrato, quienes se inscriben.
Consciente de este riesgo -y quizá siendo uno de sus motivos para participar-, este antioqueño de 42 años, múltiple campeón nacional de rallies, supermotard y motocross, se le midió a inscribirse en esta prueba mítica a la que, dice, “cualquier motociclista quiere venir”. Fue el primer colombiano en hacerlo, como fue el primer nacional en correr la Pikes Peak en 2014, una competencia de ascenso en montaña en EE.UU.
La idea la venía masticando desde 2014, cuando comenzó a reunir los requisitos que la TT Isla de Man le exigía. Lo primero era que tenía que ser un competidor activo en un campeonato nacional, algo que Daniel cumplía sobrado.
Luego tenía que hacer unos cursos para obtener la licencia ACU, que le permitía correr en la Isla, y además pagar 425 libras esterlinas (poco más de un millón 600 mil pesos colombianos).
En marzo de este año recibió la noticia de que su solicitud había sido aceptada para asistir a la modalidad Man’s GP y el 13 de agosto pasado viajó a la Isla.
Más trabajo mental que físico
Daniel fue aceptado para participar en dos carreras de la Isla de Man. Es tal la exigencia de esta prueba, que los competidores solo son considerados novatos en su primera carrera.
El circuito de cuatro vueltas es de 60 kilómetros en vías urbanas, que se cierran en exclusiva para el paso de los corredores.
En total, menciona Daniel, son 264 curvas. Al arribar al lugar, su primera tarea era aprenderse el recorrido, una tarea compleja dada la extensión.
“Hice tres viajes previos a la Isla y con la compañía de un piloto experto me fui aprendiendo la ruta. También vi miles de horas de videos y exploré un videojuego que se llama TT Rider on the edge”.
Su estrategia fue dividir el circuito en cinco partes e ir aprendiendo cada uno hasta memorizarlo para seguir con el próximo.
También hubo trabajo físico en el gimnasio, pero era más una cuestión de mantenerse activo dado que su preparación en este aspecto es permanente.
Así, su debut fue el martes 28 de agosto, y ocupó el quinto lugar -entre diez- en la categoría Newcomers B montado en una Kawasaki Z650 modelo 2017, con la que alcanzó velocidades hasta de 245 kilómetros por hora.
Su segunda salida ocurrió el viernes 31 de agosto, y aunque el resultado no fue el mejor -puesto 17 en la categoría Lightweights-, la experiencia para Daniel fue “increíble” y así lo hizo saber a quienes siguieron sus redes sociales, en las que compartió día a día su aventura en esta prueba a la que, dice, “volveré el próximo año”.
No es una empresa fácil, lo reconoce: para este año invirtió cerca de 85 millones de pesos, y aunque contó con la ayuda de patrocinadores, el esfuerzo personal fue intenso.
Ni la muerte de su mamá lo frenó
Ocho días antes de su debut, Daniel se enteró de la muerte de su mamá, una noticia muy triste, pero a la que tuvo que hacerle el duelo desde la distancia, consciente de que el esfuerzo hecho para estar presente había durado años.
“El motociclismo en Colombia está estancado”
Una de las razones por las que Daniel se enfocó en la Isla de Man fue la escasa competencia local. Afirma que el nacional de motociclismo solo tiene cinco válidas y todas en el mismo circuito, el de Tocancipá. Su deseo era probar en el mundial de Moto GP, pero “ni el talento ni la plata me alcanzaban”. Tampoco la AMA, el torneo nacional de EE.UU., así que la Isla de Man seguía en la lista de deseos.