Hace dos años un grupo de personas nos reunimos para hacer el Concervezatorio. Fue un dos de marzo, ese mismo día comenzaba a regir el Código de Policía de manera pedagógica, ese mismo día al evento en el parque de El Poblado fueron 40 miembros del Esmad y otros 30 policías, pero también, unos 40 asistentes a la conversación.
Por: Daniel Suárez M.
Activista en bicicleta en el mundo de la comunicación y la publicidad
Ese día hubo un par de comparendos, no hubo violencia, hubo conversación, sin la Policía dentro de ella.
Dos años después, desde otro colectivo del cual soy voluntario, NoCopio, surge una campaña que se llama #CuidadoalCuidador, con lo cual pretende generar una conexión entre la ciudadanía y la Policía, evidenciando que esta autoridad es fundamental para reducir los índices de homicidio y violencia en la ciudad.
Debemos entender que detrás del uniforme, hay un ser humano que en muchas ocasiones, proviene de un nivel socioeconómico bajo y está allí por falta de oportunidades. Igualmente, la corrupción llega a los policías por motivos relacionados con malos manejos financieros y se vuelven más propensos a aceptar dineros de malas procedencias y afectando directamente a la sociedad civil. También, la actitud agresiva de su parte puede darse a que deben trabajar más horas de lo normal, su comportamiento cambia y puede traducirse en agresión y abuso de autoridad.
A simple vista esto parece algo superficial u obvio, pero dentro de esta estructura que sufre tantos escándalos, mala comunicación y dinámicas de trabajo difíciles, impactan profundamente el relacionamiento con las personas y generan un impacto fuerte, como lo que ha sucedido tantas veces en la Comuna 13, donde se han publicado videos mostrando la agresividad de los agentes policiales. O las multas a personas por beber en espacio público o por comprar empanadas o llevar materiales de estudio como un bisturí, que en manos de otra persona podría pasar a una tragedia.
La Policía debe entender que lo que está pasando en su organización no solo afecta su imagen por parte de la ciudadanía, sino que no pensar de otra forma y buscar alternativas de cambio, afecta en general a la sociedad. No queremos tener una Policía como la de Brasil o México, que son de las más violentas, corruptas y de mala percepción en el mundo, queremos una Policía colombiana que acompañe a los jóvenes, que se acerque a la ciudadanía y que la misma ciudadanía los cuide, que haya un cuidado al cuidador para que se traduzca en un buen comportamiento como sociedad.