Cuidado con la visita millonaria

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Cuidado con la visita millonaria
Una familia del barrio Castropol fue víctima de una nueva modalidad de atraco. Su caso se convierte en alerta para la comunidad

A finales de enero, Pablo Echavarría*, un joven menor de edad que se encontraba en horas de la tarde en el Centro de Medellín, fue abordado por un hombre en la Avenida Oriental con La Playa. Después de mostrarle el arma que cargaba, el delincuente le pidió a Pablo que se identificara, pues, según él, lo estaban buscando para matarlo. Le preguntó si vivía en Castilla y ante la negativa le exigió que lo acompañara a donde otros dos hombres que a su vez le hicieron varias preguntas personales. Insistían en que el joven era la persona a la que buscaban y se rehusaban a creerle a Pablo sus respuestas. Finalmente le pidieron que los llevara a su casa para comprobar que no vivía en Castilla y que era quien decía ser.

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Lo hicieron montarse a un bus y lo llevaron hasta el barrio Castropol, donde vive Pablo con su familia. En la Avenida El Poblado se quedaron dos de los tres sujetos y Pablo fue hasta su casa en compañía de uno de ellos. El portero, según cuenta la madre de Pablo, creyó que el acompañante, a pesar de ser un desconocido, era un amigo de su hijo y lo dejó entrar sin problema. Una vez dentro del apartamento, el ladrón tomó una de las maletas de la casa y empacó dos portátiles, Xbox, Home Theater, lociones, joyas y todo lo que quiso, a su antojo. Le exigió a Pablo que cargara un televisor de plasma hasta la calle. El paso por la portería de regreso a la calle fue igual: tranquilo y sin inconvenientes.

La familia, además de sufrir de estrés postraumático y la sensación de “culpa” del joven, estima que la pérdida material supera los 15 millones de pesos. Por si fuera poco, es la segunda vez que es víctima de un robo en su casa, con el agravante de que las cámaras de seguridad de la unidad residencial están malas. La madre del joven contactó a las autoridades y puso el denuncio en la Fiscalía pero con pocas esperanzas de recuperar sus bienes. “Uno llama a la Policía, pone el denuncio y no pasa nada. Esta ciudad está horrible”, dice.

Por su parte, el teniente coronel Fabio Rojas, comandante de la Estación de Policía de la comuna 14, asegura que en los dos años que lleva en el cargo no se había presentado un caso de esta gravedad. “Lo que más vemos son atracos en moto con parrillero, lo cual se ha disminuido por estos días por la restricción que rige en el momento”, la cual se extenderá hasta el 31 de julio. Recomienda que ante un caso como el sucedido a Pablo, en el que se corre un riesgo inminente, la desventaja en la que se encuentra la víctima requiere que esta entregue todo lo que le sea pedido y siga todas las instrucciones que le den los delincuentes para no perder la vida. Según el comandante Rojas, lo más importante es que en las unidades residenciales las administraciones instauren un protocolo de seguridad para que al menos se verifique si se conoce a la persona con la que entra un propietario o inquilino. “Una seña interna que se establezca en una reunión de habitantes, como prender las luces del carro tres veces, o, si no está manejando o va a pie, pasarse la mano por la cabeza tres veces, por ejemplo, para que el portero pueda contactar a la Policía”, dice el coronel Rojas.

En El Poblado, de acuerdo con las cifras de la Policía, se registraron 244 hurtos en 2012, un 15 % menos que en 2011.
*Nombre cambiado por petición del entrevistado.

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