Si vamos a la definición más pura de lo que es un ecosistema, nos encontramos con su raíz, oikos, que se traduce como casa u hogar y, en un contexto más amplio, se refiere a una comunidad en un entorno particular; y systēma, que en griego significa “conjunto” o “combinación”, a la idea de elementos interconectados que funcionan como un todo coherente.
La combinación de estos dos términos griegos da lugar a “ecosistema”, concepto que describe un sistema complejo de organismos vivos y su entorno físico, en el que interactúan y se influyen mutuamente. Y si comparamos un ecosistema emprendedor con uno natural hay más elementos en común de los que imaginamos: la diversidad, la adaptación, el crecimiento, el dinamismo y la colaboración.
Esta vez quiero hacer zoom sobre la colaboración. En la creación de ecosistema es necesario pensar más allá de lo individual para imaginar en colectivo, crear y construir en equipo. Esto es clave para hacer que las cosas pasen, para que la academia, las organizaciones consolidadas y los sistemas públicos se sienten en la misma mesa a crear ambientes propicios para el desarrollo y la creación de empresas emergentes, generar empleos y transformar el ecosistema desde las ideas que cambian las reglas del juego.
En el país ya contamos con entidades como Innpulsa (la Agencia de Emprendimiento del Gobierno Nacional), con La Andi del Futuro y Ruta N, líderes en potenciar las ideas y construir comunidad emprendedora en Medellín y el país. Y hace un año, la Universidad EAFIT se unió a esta misión, con la creación del Centro de Emprendimiento de Impacto: On.going, para materializar ideas de negocio, encontrar respuestas que generen impacto en la sociedad y generar valor en las organizaciones.
Si bien cada vez hay más jugadores en la cancha del emprendimiento, nos sigue faltando articulación, líderes institucionales y políticos que confíen en el emprendimiento como gran catalizador para la economía del país, mentes que vibren con esas ideas poderosas que nos permiten, día a día, “pescar” oportunidades.
A este reto también llamamos a los soñadores, a los emprendedores, a las startups, a los inversionistas, a las universidades y organizaciones consolidadas: entendimos que para generar cambios necesitamos varias manos tripulando este barco, porque crear comunidad es crear ecosistema, y si juntamos mentes, ideas y nuestras manos, no solo estamos construyendo ecosistema: vamos a crear comunidad.