“Todo ha sido tal cual como lo hemos planeado”, asegura Juan Carlos Rodríguez, residente de obra y representante de la firma Concrevías -empresa que hace parte del Consorcio San Lucas, firma contratista de la interventoría-. “Partiendo de la premisa de que se están haciendo los diseños, y el diseñador va entregando parte, y nosotros revisamos e inmediatamente le entregamos al constructor”.
“En ese sentido”, continúa, hemos adelantado mucho porque la interventoría ha tratado de que la revisión de los diseños sea lo más rápido posible, e inclusive, trabajando a la par con el diseñador en la revisión. Para que cuando él nos entregue el definitivo, nosotros tengamos la revisión muy adelantada. Y así lo entregamos al constructor y no le atrasamos a él las labores”.
Hace más o menos dos meses comenzaron las obras, y hasta ahora todo ha transcurrido con relativa normalidad. Ángela María González Paredes, directora de Interventoría del Consorcio San Lucas comenta que “hasta el momento, lo que tenemos es la etapa uno, que es parte del canal -entre la carrera 35 y la 34-”.
González Paredes cuenta que “nos encontramos unas redes de Empresas Públicas en las excavaciones de las pilas. Ellos, muy amablemente, nos están colaborando y están facilitando todo. Pero debemos presentarles diseños a ellos y estamos en esa gestión en este momento”. Sin embargo, cuenta que este contratiempo no representa un problema, ya que “mientras vamos completando los diseños, podemos ir haciendo otras actividades”.
Es importante tener en cuenta que los contratos se firmaron recién el 10 de junio, así que la interventoría apenas comenzará a examinar si se está cumpliendo con el presupuesto o no. Se estima que la obra cueste unos 9 mil millones de pesos.
Torres de Hungría y Fontanar, “siempre han estado en riesgo de colapso hidráulico”
Aunque las obras avanzan con normalidad, hay un tema que todavía debe resolverse. Hay una responsabilidad por definir entre Torres de Hungría y Fontanar, ya que el daño que se está reparando en este momento, es producto del desvío inadecuado de un box caulvert -relleno interior- y alguna de las urbanizaciones debe asumir la responsabilidad.
Guillermo Diossa, subsecretario de Metro Río, asegura que “en este momento, de acuerdo a la investigación que ha hecho el Área Metropolitana, se hizo un acto legislativo, mediante el cual le inició un proceso sancionatorio al edificio Fontanar, obligando y diciendo que tenían que retirar ese relleno hidráulico, para conjurar y quitar ese riesgo. Ellos no lo hicieron, entonces el Área Metropolitana, a través de un oficio y una resolución, comisionó a Metro Río para que adelante las labores”.
Lo preocupante del tema, es que al momento de pagar, uno de estos edificios deberá asumir alguno de los costos de las obras. Sin embargo, Ángela Paredes asegura que “las socializaciones se han hecho completas con todos los edificios. Ellos han estado atentos, pero también han colaborado y están dispuestos a ser veedores del contrato, pero no se han opuesto a ninguna de las obras”.
Las obras de saneamiento han eliminado todo riesgo de colapso. Sin embargo, Diossa dice que “Torres de Hungría y Fontanar, pudieron haberse visto arriesgados en un momento determinado, como siempre lo han estado”. Recalca que “siempre han estado en riesgo de colapso hidráulico, y tenemos la información técnica que lo demuestra. Donde esa quebrada con 40 metros cúbicos hubiera sido una creciente y nos pegue contra el puente, probablemente hubiera tumbado el puente y la transversal inferior”.
Paredes González cuenta que “nos dimos cuenta que el box caulvert estaba muy pegado a Torres de Hungría, pero las obras de mitigación ya se hicieron. Son unas vigas en L que nos ayudan a evitar el colapso de la estructura”.
Finalmente, Diossa afirma que “una urgencia es arrancando a mil, por eso es que aquí escogimos a los mejores. La gente que la Secretaría del Medio Ambiente, considera contratistas de altas idoneidad y capacidad. También escogimos a los mejores interventores, que tienen experiencia en estos temas, y a los contratistas y constructor, escogimos una persona que tenga capacidades financieras, técnicas e intelectuales para darle a esta obra y por eso es que la obra va desarrollándose completamente normal”.
¡Más seguridad en las obras!
Hace un mes, los trabajadores de la obra fueron víctimas de un grupo de atracadores montados en taxis y motos, que se llevaron dos taladros y varios efectos personales -celulares, portátiles y cámaras-.
No es la primera vez que tratan de robar en esta obra. En el primer intento, la policía recuperó los taladros. Esta práctica es común en todas los proyectos constructivos. Es importante no dejar pasar este hecho en este momento de mucha construcción en El Poblado.