Quejas van y vienen, de todo tipo, sobre las funciones y el trabajo de los curadores urbanos. Desde los ciudadanos del común hasta los expertos y técnicos de los asuntos urbanos expresan con cada caso su descontento con las decisiones de las curadurías. La Línea 312 de Vivir en El Poblado es muchas veces el paño de lágrimas de vecinos desconsolados que ven con desasosiego el fruto de esas decisiones.
Pues bien, resulta ahora que son los notarios los encargados de controlar lo que allí hacen (en las curadurías). Dice la Superintendencia de Notariado y Registro que “los notarios están facultados para ejercer un control absoluto de legalidad sobre las licencias urbanísticas expedidas por las curadurías. Esto quiere decir que en adelante aquellas licencias que presenten inconsistencias en todos o uno de sus aspectos será devuelta por el notario y no podrá elevarse a escritura pública”.
¿Cómo van los notarios a resolver estos asuntos? Informa la Superintendencia que ha capacitado a los notarios en asuntos ambientales, de espacio público, urbanismo y ordenamiento territorial para el desempeño de esta función.