Cof, cof, cof

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Medellín es la ciudad más contaminada de Colombia y la novena más contaminada de Latinoamérica, además, el 80% de los contaminantes viene de los carros, motos, buses y camiones – por eso es que estoy reduciendo el uso del carro al máximo

/ Rosana Arizmendi

Hace algunos meses, en Medellín tuvimos una contingencia ambiental debido a la alta contaminación del aire que respirábamos. Mucho se habló de eso, y por un mes leímos y oímos sobre PM 2.5, enfermedades respiratorias, inversión térmica, e-t-c. Todos estos términos seguramente ya se nos habían olvidado, hasta que hace poquito, ¡pum!, otra vez tuvimos un par de días con altos niveles de contaminación (aunque no se les hizo mucha bulla).

Sin embargo, yo creo que no fueron solamente un par de días, pues la semana pasada, mientras caminaba a coger el bus (estoy reduciendo el uso del carro todo lo que puedo), casi a diario vi una densa capa de smog (dícese de la bruma formada por contaminantes producidos por la combustión de gasolina, gas, o petróleo) que no dejaba ver las montañas del otro lado del valle… Y pensar que ese era el aire que estaba entrando en mis pulmones… O que está entrando, más bien, pues la contaminación no es una cosa de solo unos cuantos días al año, amigos.

Cof, cof. Cof, cof, cof.

Perdón, es que me cogió un ataque de tos.

Achuuu. Y de estornudos.

Y, ayy, de piquiña en los ojos… ¡Es que soy tan sensible a los batallones de pequeños asesinos invisibles que pululan por el aire! Como seguramente muchos de ustedes, a los que, fijo, también les dan ataques de tos, estornudos y/o piquiña en los ojos. Y eso que somos “debuenas”, vecinos, pues hay muchos otros que se enferman, e incluso, ¡se mueren! Síii, leyeron bien: se-mue-ren – en Medellín mueren 8 personas por día (¡!) debido a la contaminación del aire, y se estima que en el mundo mueren 8 millones de personas al año por la misma razón; muchas más que por la malaria y el VIH juntos. ¿Pueden creerlo? ¡Estos datos son una barbaridad y la mala calidad del aire es un grave problema de salud pública! Sin embargo, casi nadie le(s) para bolas…

La contaminación atmosférica tiene consecuencias tan alarmantes porque ésta es mucho más que una simple bruma que no deja ver las montañas o los edificios de la ciudad. Si fuera solo esto, “¡valiente gracia!” como dice mi mamá. Lo que pasa es que este smog está compuesto por varios tipos de contaminantes que son remalos para las personas que los respiramos. Por ejemplo, ¡las famosas PM 2.5! Éstas, junto con las PM 10, son una mezcla de partículas sólidas y líquidas que permanecen suspendidas en el aire durante días o, incluso, semanas. Tienen un diámetro de menos de 2.5 y 10 micras respectivamente (micras = milésima parte de un milímetro) y son muy peligrosas porque se meten a los pulmones y se quedan ahí viviendo, causando enfermedades respiratorias y cardiovasculares, como cáncer de pulmón y paros cardiorrespiratorios (como asustadorcita la cosa, ¿cierto?).

Además de las PM, el smog también tiene otros compuestos maluquitos, como el monóxido de carbono, que puede causar dolor de cabeza, así como los compuestos orgánicos volátiles (VOCs, de ahora en adelante – son un montón de compuestos químicos, pero no me alcanza la página para hablar de ellos) y los óxidos de nitrógeno (NOx para sus mercés), que son gases que pueden producir irritación en los ojos, nariz, garganta y pulmones. Tanto los VOCs como los NOx pueden reaccionar con la luz del sol, produciendo otros contaminantes secundarios, como el ozono antropogénico (no confundir con el ozono estratosférico, que es el que nos protege de las radiaciones UV) que produce tos, irritación en la garganta y falta de aliento… ¿Alguno de estos síntomas les suena familiar? A mí casi todos, ¡por no decir que todos!

En Medellín, que como ya se ha dicho tantas veces, es la ciudad más contaminada de Colombia y la novena más contaminada de Latinoamérica, estamos respirando todas estas cosas que les acabo de contar, diariamente –por eso, vuelvo a traer este tema a colación. Además, el 80% de todos estos contaminantes viene de los carros, motos, buses y camiones– por eso es que estoy reduciendo el uso del carro al máximo.

Bueno, vecinos, los dejo con la siguiente pregunta/reflexión: cada uno de nosotros, ¿qué puede hacer para no seguir contribuyendo a esta crisis crónica de contaminación atmosférica de la ciudad? Esto es un problema real, grave y, ¡nos afecta a todos!

Nota: si quieren inspirarse con ideas bonitas y saber más sobre el tema, los invito a que visiten SENSE III – AIRE, en el barrio Manila, un evento temporal que lleva todo el mes (y al que ya solo le queda una semana), en donde permanente hay exposiciones y actividades encaminadas a reflexionar sobre la calidad del aire que respiramos en Medellín. Yo estoy yendo mucho, entonces seguramente nos encontraremos por ahí.
Saludos, vecinos, y, ¡hasta pronto!

P.D 1: la calidad del aire es una de las metas del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 11 “Ciudades y comunidades sostenibles”
P.D 2: la Paz también es un Objetivo de Desarrollo Sostenible (el 16, concretamente)