Despertarse en la mañana, prepararse para encarar el mundo y dar lo mejor de sí en un negocio o emprendimiento que cuida el ambiente y/o a la sociedad, y estar motivado por completo para hacerlo. Analizar por un momento y recordar que estamos en una época muy extraña y que tal vez ha dificultado el pleno desarrollo del negocio.
Los anteriores pueden ser pensamientos y sensaciones que tiene en la actualidad un emprendedor verde o negociante de productos o servicios que promueven el consumo responsable.
Pensando en ell@s escribo esta columna, la cual presenta consejos para afrontar esta situación de tres emprendedor@s verdes: Camila, de Vivaracha compost (@vivaracha.compost), emprendimiento que promueve el compostaje casero; Nathalia, de Ecoleza (@ecolezatienda); y Alejandro, de Ecoamore (@tienda_ecoamore), plataformas virtuales que comercializan productos de consumo responsable.
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Una apuesta virtual: los espacios virtuales se han convertido en la vía para dar a conocer los productos, aumentar las ventas y generar experiencias en los consumidores. Incluso, en los negocios que antes no eran virtuales, con las plataformas actuales se puede evitar la desconexión con sus consumidores.
Preocuparse por los residuos: en las tres entrevistas fue repetitivo encontrar una gran preocupación respecto a cómo esta situación estaba aumentando la generación de residuos y cómo esto va a moldear el futuro. El aumento en el uso de desechables, la doble bolsa, los guantes y las mascarillas, tienen un impacto en la cantidad de residuos que se están generando.
Así lo describe Camila, de Vivaracha compost: “Me ha preocupado mucho en este tiempo de pandemia es el incremento de la basura, algo muy importante como empresa es repensar que sea cual sea el producto que ofreces o consumes se debe dejar la menor huella posible”.
Que la responsabilidad nos motive: fue muy bonito identificar que para estos emprendedores tiene mucho significado la responsabilidad que han adquirido de acompañar a sus consumidores en el recorrido hacia un consumo más responsable. Así lo expresó Nathalia, de Ecoleza: “Es también una responsabilidad que tengo con las personas de brindarles esas alternativas, porque ya cambiaron su estilo de vida. Hay que seguir”.
Tener un propósito: también fue recurrente encontrar que el propósito del negocio no es exclusivamente el dinero, sino que existe un propósito superior que trasciende la generación de utilidades y está enfocado en cambiar hábitos, ayudar a que sus consumidores construyan una relación más cercana con la naturaleza y buscar siempre el mayor bienestar posible para la sociedad y el ambiente.
En las palabras de Alejandro, “lo más importante es que el motor de las acciones sean siempre las convicciones y no el dinero. Debemos buscar un propósito, sin egoísmos, siempre el mayor bienestar sostenible en el tiempo para todos”.
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