Recientemente se publicaron los resultados de la Encuesta de Percepción Ciudadana, Medellín Cómo Vamos, una iniciativa liderada por entidades como Proantioquia, Fundación Corona, Comfama, Comfenalco, El Colombiano, Cámara de Comercio de Medellín y Universidad Eafit, entre otras. Este esfuerzo recoge las opiniones de los habitantes sobre su calidad de vida, partiendo de la premisa de que medir lo que las personas sienten y piensan es esencial para entender su bienestar real.
Lea más columnas de Antonio Hoyos Chaverra aquí.
Este valioso insumo, que funciona como un termómetro del clima emocional y material urbano, nos permite identificar las principales preocupaciones de los ciudadanos, haciendo conciencia de la ciudad que habitamos y facilitando la orientación de acciones públicas y privadas que impacten y transformen nuestras realidades. A continuación, algunas conclusiones sobre los hallazgos más relevantes de esta encuesta.
1. Dificultades para satisfacer necesidades básicas
En los últimos años ha disminuido la proporción de ciudadanos que considera tener una buena salud física y mental. En el caso de la salud física, tan solo entre el 2023 y 2024 pasó del 73 % al 70 %, mientras que la percepción de buena salud mental se mantuvo en un 57 %, menor al 67 % registrado en el año 2021. Aquí se evidencia una brecha de género preocupante: solo el 64 % de las mujeres reporta tener una buena salud mental, frente al 76 % de los hombres.
Además, problemas estructurales persistentes, como la insatisfacción con los servicios de salud (que alcanza su nivel histórico más alto en 2024, con un 27 %) y la constante disminución en la percepción de satisfacción con la vivienda desde 2021 siguen afectando negativamente a la ciudadanía. En las zonas nororiental y centroriental, 1 de cada 3 hogares reporta dificultades para acceder a tres comidas diarias, mientras que el porcentaje de personas que se sienten pobres continúa en aumento. Aunque, hay pequeñas mejoras en empleo y emprendimiento, no son suficientes frente a las necesidades de quienes luchan por su estabilidad económica. Este panorama es un llamado de atención urgente: los avances no están siendo proporcionales a las demandas sociales.
Le puede interesar: ¿El clima de Medellín qué tiene que ver con vos y con la COP?
2. Ajustes necesarios en las palancas de transformación: educación y compromiso cívico.
El panorama en educación tampoco es alentador. La satisfacción con la educación pública que reciben los niños y jóvenes cayó a mínimos históricos, pasando del 74 % en 2023 al 64 % en 2024, principalmente por las condiciones físicas de las sedes. Similar situación ocurre en la primera infancia y preescolar, donde la satisfacción descendió del 84 % al 74 % en el último año.
Esto nos obliga a reflexionar: ¿qué está pasando con la educación oficial, uno de los mayores rubros de inversión pública y el principal motor de movilidad social? No podemos permitir que la educación pierda su capacidad transformadora, su principal función social.
Por otro lado, si bien los espacios culturales, como parques, unidades deportivas y bibliotecas, siguen siendo esenciales para los ciudadanos; en un contexto donde los centros comerciales y las zonas comunes de unidades residenciales reemplazan lo público, surge una pregunta valiosa: ¿qué necesitamos para retornar al espacio público como principal punto de encuentro ciudadano?
3. Optimismo cauteloso
A pesar de las dificultades, en 2024 el 52 % de los ciudadanos cree que Medellín va por buen camino, una mejora frente al 40 % de 2023. Sin embargo, sigue lejos del optimismo histórico de 2006-2009, cuando este índice superó el 80 %. Aunque es un avance, queda la sensación de que la visión de una Medellín con un futuro imparable y prometedor para todos se ha diluido. Es urgente repensarnos nuestra visión colectiva para construir una ciudad que inspire y movilice.
Lea: El derecho a la ciudad: ¿una ciudad para todos?
Así mismo, es importante destacar un aumento favorable en la percepción de la administración pública, representada en una mejora significativa de la opinión de las figuras del alcalde y el concejo de Medellín, mejorando por ejemplo la percepción de confianza del 24 % al 52 % para el primero y del 30 % al 45 % para el segundo, entre 2023 y 2024.
Desde la perspectiva de renovación urbana, hay también señales esperanzadoras. El 51 % de los ciudadanos visita el centro de Medellín al menos una vez por semana, y el 53 % tiene una percepción favorable de esta zona. Estas cifras dan aliento a proyectos como el Distrito San Ignacio, el Centro Histórico del Metro y la transformación del Paseo La Playa, liderada por la Sociedad de Mejoras Públicas de Medellín con su proyecto La Serpiente; que buscan revitalizar el corazón histórico y cultural de la ciudad.
Un llamado a la acción
Finalmente, el informe concluye que Medellín necesita una agenda estratégica a largo plazo que aborde estos desafíos estructurales. En medio de estos contrastes, no podemos ver estos resultados como simples cifras; sino como puntos de partida para una acción ciudadana activa que refleje nuestro compromiso colectivo con la equidad, la sostenibilidad y el desarrollo humano.
Los logros y fracasos de Medellín no solo pertenecen a las instituciones: son también nuestra responsabilidad como ciudadanos. Cada reto es una oportunidad de transformarnos y de soñar, con un futuro brillante para nuestra ciudad. ¿Qué cuento queremos contar sobre Medellín en unos años?. Es el momento de construirlo juntos.
Únase aquí a nuestro canal de WhatsApp y reciba toda la información de El Poblado y Medellín >>
Coda: a propósito de cuentos sobre Medellín, la Sociedad de Mejoras Públicas de Medellín tiene abierto su concurso de cuentos Narremos la ciudad. Una oportunidad para contar historias llenas de esperanza sobre el pasado, presente y futuro de Medellín desde su zona urbana y rural. La información para participar se encuentra en este enlace: https://smp-medellin.org/concurso-de-cuento-narremos-la-ciudad-2-2/
*[email protected] y @antoniohoyosc