El gremio inmobiliario acaba de resaltar el buen comportamiento de su actividad durante 2013. El gerente de la Lonja de Propiedad Raíz de Medellín, Federico Estrada, destacó que este año ha habido “unos excepcionales indicadores de crecimiento y dinamismo”, que el Valle de Aburrá terminará con casi 70 mil negocios de propiedad raíz, “cifra similar a la registrada el año anterior, cuando obtuvimos el récord”. Sobre las ventas de vivienda nueva, dijo que “estarán por encima de la cifra del año pasado (que también fue récord) de las 20 mil viviendas vendidas, y aseguró que “la valorización de los inmuebles de todos los medellinenses y de las personas del Valle de Aburrá tendrá, en promedio, una valorización cercana a tres veces la inflación…”.
Este informe, que pasó sin despliegue en los medios de comunicación, fue presentado durante la celebración del Día del Inmobiliario, una interesante jornada en la que se trataron temas trascendentales para la ciudad. Esto nos parece esperanzador, pues algo bueno ha de quedar de tantos análisis y reflexiones motivadas por un momento histórico como este, marcado por el contraste entre los buenos resultados de la actividad inmobiliaria y la desconfianza y la falta de credibilidad generadas por la tragedia de Space.
De hecho, una de las consecuencias más tangibles del citado desastre la informó recientemente a Vivir en El Poblado la misma Lonja de Propiedad Raíz: “Este episodio ha generado inquietudes y temores en los compradores de viviendas en El Poblado. En este primer mes se presentó desaceleración en las visitas a los proyectos inmobiliarios y las personas toman más tiempo para la decisión de compra. Las cifras de Galería Inmobiliaria mostraron una desaceleración de las ventas en octubre cercana al 25% comparada con el promedio mensual del año”. Cifras que, sin duda, empañan el optimismo inicial.
En el evento convocado por la Lonja, tanto los gremios asociados al mercado de la propiedad raíz como la municipalidad expusieron con mapas, estadísticas y proyecciones, su visión sobre el pasado, el presente y el futuro de la ciudad. Se habló de la impresionante expansión hacia las laderas, de la intención de contenerla; se ventilaron propuestas para enderezar el camino, no solo mediante el nuevo POT, sino con ajustes normativos para regular la actividad constructora, presentados por la Alcaldía (regulación de la figura de los curadores urbanos; establecimiento de la revocatoria directa de las licencias urbanísticas por parte de las oficinas de Planeación; obligación para el constructor o urbanizador de informar al Municipio el acta de inicio de obra; establecimiento de requisitos para otorgar el permiso de ocupación y actualización de las sanciones, entre otros). Pero, más allá del cumplimiento de estos ajustes, el alcalde invitó a participar en “un gran acuerdo por la vivienda segura” para recuperar, por medio de la ética y la moral, la credibilidad y la confianza en el sector.
Buenas ideas que esperamos no sean efímeras, sino que marquen realmente un cambio de ruta para lograr la Medellín deseada.