La reactivación económica es uno de los mayores desafíos que nos ha dejado la pandemia.
El mundo enfrenta una crisis económica, producto de los cierres prolongados del comercio, y la suspensión de la mayoría de servicios. Colombia no es la excepción: de acuerdo con cifras entregadas por el DANE, la economía en el país ha tenido un desplome del 15.7%, y es el sector comercio el más afectado. Adicional a esto, se calcula que el 48% de la población en nuestro país tiene empleos informales. La denominada economía del rebusque, de donde se deriva para muchas familias el sustento diario. Por eso una de las tareas que debemos emprender en cada territorio es: la compra local.
Necesitamos apoyar a quienes hoy lo han perdido todo, a quienes necesitan recuperarse y están reinventándose. También a quienes encontraron en esta crisis otra oportunidad de negocio o emprendimiento. A otros que perdieron sus empleos, y a quienes han visto en la economía informal la opción de subsistencia.
¿Cuántas historias conocemos de emprendimientos que empezaron sin muchas expectativas, y que hoy son referentes de grandes negocios? Todavía nos quedan esperanzas y muchas ganas de trabajar sin descanso por una ciudad y un país que merece tener una reactivación económica con más oportunidades, donde se fortalezca y se le dé mayor valor a la compra local.
Europa ha empezado a promover internamente el empleo para sus jóvenes. Es decir, solo lo estrictamente necesario se ha de traer de afuera para impulsar las industrias nacionales y la generación de empleo. Y esa es una de las tantas formas que tenemos para volver a consolidar la economía en Colombia.
Se calcula que en Antioquia se han perdido 69.000 empleos formales, y para cuando acabe este año, según predice la Cámara de Comercio de Medellín, el Departamento tendrá una reducción en el PIB de 15,2 %.
Le puede interesar:
- En Navidad, compra local
- Más compra local, ahora en Ciudad del Río
- La guía de la compra local
- El mapa de la compra local
Así mismo, la obra pública y privada en cada región debe activarse, al igual que el turismo local, y otros sectores de servicios y tecnología.
Si bien poco a poco se ha visto una leve recuperación de la economía, pese a las condiciones en las que se ha dado la reapertura de las empresas, la incertidumbre y la angustia, por no saber que podrá suceder, tanto en lo económico como con la pandemia, nos agobia.
Las negociaciones, las ventas, las reuniones, el trabajo en casa y todas las actividades que han sido posible realizarlas por internet han puesto de manifiesto nuevas maneras de emplearse, de obtener ingresos y de crear emprendimientos, demostrando que sí es posible innovar y, aún en la pandemia, reactivar la economía en el país.
Sin embargo, no deja de ser preocupante que los sectores de servicios, comercio, mediana y pequeña empresa aún están funcionando en un 50 %. Es ahí donde debemos poner la lupa: acompañar a estos pequeños emprendedores y trabajadores independientes que no cuentan con capital ni opciones para realizar un préstamo bancario, y financiar sus pequeños proyectos, a través de la compra de sus productos. La pandemia del COVID-19 aún no se ha ido, aunque tenemos mayores esperanzas. La pandemia de la pobreza nos acecha y es necesario contrarrestarla de manera ágil y oportuna.
Acudir a la compra local es garantizar la subsistencia de miles de familias del país. Es hora de valorar más lo que hacemos y producimos. Veamos esta posibilidad como un asunto de inclusión, que permita tanto a grandes como a pequeñas empresas reactivar la economía en los diferentes territorios de Colombia. Podemos empezar hoy: mira a tu vecino, y si tiene algún emprendimiento, apóyalo y en esta navidad prioricemos el producto colombiano, así estaremos incentivando la compra local.
Por: Luis Bernardo Vélez Montoya
Concejal de Medellín