De forma concertada se acordó buscar una nueva locación para esta caja hidráulica de compactación de residuos, superando así el conflicto con residentes y comerciantes de la carrera 36 con calle 8.
En mesa de trabajo convocada el pasado viernes 7 de julio por la Personería de Medellín (a petición de la Mesa Ambiental de El Poblado), la Corporación Barrio Provenza y Emvarias decidieron buscar una nueva locación para la polémica compactadora de residuos sólidos que, como plan piloto, se instaló desde febrero en inmediaciones de la placa polideportiva de la Divina Eucaristía.
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Dicha reunión se dio en horas de la mañana, en el salón comunal de la vecina parroquia del mismo nombre. En ese espacio se escucharon las voces de los quejosos, entre ellos dos residentes y tres empresarios que explicaron cómo la instalación de ese dispositivo habría afectado su calidad de vida, el medio ambiente y la buena marcha de sus negocios.
Clara Restrepo, de El Repostero, al frente de cuyo establecimiento se ubicó la compactadora, aseguró que los malos olores y la proliferación de roedores han perjudicado su actividad comercial durante los últimos cuatro meses. “Cada vez que se llevan la caja para vaciarla y limpiarla, utilizan hidrolavadora para asear el espacio y eso levanta todavía más los olores. Los clientes se nos quejan y muchos prefieren no volver”.
En esa misma senda se expresó Ricardo Suescún, empresario hotelero de la zona, quien agregó que a los malos olores se suma el desorden de las bolsas arrumadas y el ruido que genera la máquina al compactar residuos que llegan hasta horas de la madrugada desde más de 95 establecimientos aledaños, casi todos pertenecientes a la Corporación Barrio Provenza, entidad promotora ante el Distrito de la caja hidráulica.
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Juanita Cobollo, directora de la mencionada corporación barrial, aceptó la validez de las quejas expresadas, pese a que de ellas se sabía desde el comienzo de la operación de la compactadora, a través de las denuncias hechas principalmente por la vecina y líder cívica Gloria Agudelo, quien evitó su reinstalación el pasado 21 de junio.
De cualquier manera, Cobollo pidió a Emvarias que no regrese el aparato a donde estaba funcionando y se comprometió a buscar una nueva locación, que esta vez sería definida de manera concertada con residentes y comerciantes. John Jairo Cardona, administrador zonal de Emvarias, quien también participó en la jornada, secundó el anuncio de la titular de la corporación Provenza, indicando al menos tres posibles sitios de traslado.
“Debe estar en un terreno plano, sin inclinaciones, con conexión a la energía eléctrica. Habíamos observado antes de febrero otros lugares, como la esquina de la calle 7 con la carrera 35, el puente de la carrera 35 con la calle 8, y también bajando un poco de la esquina de la calle 7 con la carrera 36, en la parte de atrás del templo de la Divina Eucaristía, cerca de la entrada al salón parroquial. Esos tres puntos creemos que reúnen las condiciones técnicas necesarias”.