Investigadores de la UdeA estudiaron seis especies que tienen cualidades específicas para resistir, purificar y alertar de la calidad del aire en la ciudad.
El estudio referenció el inventario arbóreo del Área Metropolitana del Valle de Aburrá que arrojó la presencia de 750 especies aproximadamente y tuvo en cuenta los niveles de contaminación registrados por las 22 estaciones de calidad del aire existentes.
La investigación se enfocó en cuatro de esas estaciones, seleccionadas según el reporte de distintos niveles de contaminación.
Se trató de las que están ubicadas cerca al Museo de Antioquia, la Universidad Nacional, el Politécnico Jaime Isaza Cadavid y Tanques La Ye.
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En un perímetro de 500 metros alrededor de estas, los investigadores evaluaron a 54 individuos de árboles adultos de seis especies comunes: mango, guayacán rosado, búcaro, gualanday, tulipán africano y urapán.

A través de las hojas recolectadas y que fueron procesadas en laboratorio, se midieron cuatro parámetros específicos: ácido ascórbico, contenido de humedad, pH y clorofila total.
Con esos datos se calculó el índice de tolerancia a la contaminación del aire —APTI— y el índice de desempeño anticipado —API—.
Entre las especies analizadas, destacó el mango —Mangifera indica— como una de las de mayor tolerancia.
“El mango es constante en sus parámetros, no importa si el aire está muy contaminado o si está muy limpio”, reveló el investigador Mauricio Correa Ochoa.
Estas especies vegetales, además de generar oxígeno y embellecer los espacios, transforman el CO2 presente en la atmósfera en biomasa, lo que genera un proceso de descontaminación, sobre todo en zonas urbanas, donde la acumulación de material particulado representa una amenaza silenciosa para la salud pública.