Comerlo todo crudo
Los defensores de la comida cruda abogan por la elección de productos naturales, orgánicos y sin cocinar que conserven toda su integridad nutricional
Los defensores de la comida cruda abogan por la elección de productos naturales, orgánicos y sin cocinar que conserven toda su integridad nutricional. Esta corriente de alimentación sugiere que la cocción a temperaturas mayores de 47 grados Celcius (o 116 grados Fahrenheit) hace que los alimentos pierdan sus enzimas, encargadas de aportar parte de la nutrición y facilitar la digestión. Sostiene también que la comida cocida y procesada le permite al cuerpo absorber más fácilmente toxinas y carcinógenos, que pueden ser causantes de enfermedades. Las personas que adoptan este estilo de vida consumen frutas y verduras frescas o deshidratados al sol, leguminosas, granos o semillas germinadas, cereales, leche y otros lácteos sin pasteurizar, pescado (sashimi), huevos mezclados en batidos de frutas o verduras y nueces remojadas. Así, esta forma de alimentación resulta más práctica para vegetarianos, aunque el consumo de carnes fermentadas o crudas también hace parte de este movimiento gastronómico.