- Publicidad -
Comer bagels en Medellín
El bagel, pan de origen polaco, lleva muchos años existiendo en Medellín y aún no es muy conocido. Es una deliciosa alternativa para el desayuno, acompañado de queso cremoso, salmón ahumado y cebollina
Los bagels aún no son panes muy conocidos aquí, sin embargo su auge puede evidenciarse en otras ciudades del país y cada vez más en Medellín. Uno de los pioneros en este tipo de panadería es Eduardo Madrid, quien además de otros deliciosos productos, tiene como fuerte los bagels.
De hecho su negocio de bagels empezó hace 14 años, con un público muy reducido: los profesores norteamericanos del colegio Columbus School. Hoy asegura que son muchos los que visitan su taller en Envigado para comprar esta sencilla delicia de origen polaco-judía.
Este pan tiene forma de rosca y visualmente es muy parecido a una dona, aunque de textura muy distinta. Es tirudo, denso y no se desmorona. Además es insípido pues su uso original, mitigaba los sabores fuertes de pescados ahumados.
Es un pan bajo en grasa que lleva, como cualquier otro, levadura, harina, sal y agua, y que pasa por un proceso de fermentación. La forma particular de anillo se puede hacer a mano o con máquinas de extrusión. Antes de llevarlo al horno, el bagel debe ser hervido en agua para obtener la cáscara brillante que lo caracteriza sin perder elasticidad al interior.
Para disfrutarlo, Madrid recomienda consumirlo tostado o calentado (en la tostadora, jamás en el microondas) partido a la mitad, y con queso crema, mantequilla o mermelada para el desayuno diario o para una comida ligera. En un brunch o en el desayuno del domingo, donde hay más tiempo, es ideal prepararlo de forma clásica: con salmón ahumado, quesocrema y cebollina.
Leyenda del bagel
Se dice que el bagel es de origen polaco. Supuestamente, un panadero judío en 1863, quiso hacer un pan para agradecer al rey de Polonia por haber defendido a su pueblo de los turcos. En homenaje al rey y su talento ecuestre, hizo el pan en forma de estribo, cuya palabra germánica es “steig-bügel”.
Otras versiones indican que el bagel es un pan judío inventado en Cracovia, y consumido durante el sabbat. Con las normas de este festivo, entre las cuales no se permitía cocinar, el bagel era una opción rápida (comparada con otros panes) para cenar una vez se finalizaba la observación del día sagrado.
Sin una historia definida, esta receta de pan viajó a Nueva York con los emigrantes judíos para convertirse en un éxito culinario de esta ciudad, y fue esparciéndose por Estados Unidos a finales del siglo XX. Hoy, las variaciones del bagel incluyen semillas de ajonjolí, semillas de amapola, pasas y canela con azúcar, y cualquier sánduche que se prefiera en pan de bagel simple.
- Publicidad -