Es enero y, aunque ya 2016 lleva buen rato con nosotros, todavía tenemos un montón de días en el calendario por llenar. Hace poco menos de un mes la lista de propósitos era interminable. Unos dicen que vuelven al gimnasio, otros que quieren estudiar y una gran cantidad incluye la cocina como una meta para el año que apenas empieza.
La cocina parece hoy una disciplina misteriosa, llena de pequeños detalles que la hacen inabordable. Conozco personas que dicen que no aprendieron a cocinar porque en su niñez las tareas que les ponían eran las aburridoras: pelar papas, picar cebolla… Pero, me pregunto, ¿eso no es cocinar? Para poder mezclar ingredientes y crear deliciosos platos hay que saber manejar un cuchillo, hay que saber pelar una papa o entender cómo picar finamente una cebolla. Si usted no está dispuesto a hacerlo, entonces mejor dedíquese a la costura. Una vez superado esto, les regalo unos pequeños consejos para quitarle el miedo a la preparación de alimentos y aprender a cocinar de una vez por todas.
1. Un buen cuchillo. Tal vez a lo que más miedo le tienen las personas que nunca han entrado a una cocina es al filo del cuchillo. La idea de cortarse y ver sangre es traumática para muchos. Historias hay por montones y conozco uno que otro cocinero que ha terminado haciendo fisioterapia porque un cuchillo hizo algo más que un corte superficial. Hay que aprender a usar el cuchillo, saber que los dedos se esconden y se usan los nudillos como guía al cortar. Pero, lo más importante, conseguir un cuchillo de buena marca y siempre mantenerlo afilado. La herramienta más peligrosa es aquella que no corta bien.
2. Orden y organización. Después de entender que cocinar implica llorar picando cebolla, tener olor a ajo en las manos por una semana o picar y picar vegetales, es importante saber que nuestro espacio de trabajo debe estar siempre en orden. Siempre que vaya a cocinar aliste todos los ingredientes, corte todo de una vez, mida la cosas y déjelas listas, esto se llama mise en place. Adicional a ello, una de las cosas que hace que la gente huya de la cocina es tener que lavar platos. Piense que si va lavando a medida que va usando, la pila final en el lavaplatos será muy pequeña o, tal vez, inexistente.
3. Aprenda del experto. En Medellín existen decenas de propuestas para aprender a cocinar. Busque clases de cocina básica en las que le enseñarán a usar las herramientas y los utensilios. En las que aprenderá las técnicas culinarias y sabrá cómo combinar sabores.
4. Siga recetas y tutoriales. Si decidió que será un autodidacta y siente que no tiene la confianza suficiente para empezar de cero, busque tutoriales en internet y libros para principiantes. Seguir recetas minimiza la posibilidad de equivocarse. Cuando tenga confianza, podrá ver que las recetas pueden cambiarse, remplazar un ingrediente por otro para crear nuevas y propias versiones de los platos que otros ya han inventado.
5. Vaya paso a paso. No pretenda hacer un lomo Wellington cuando todavía no sabe cómo hacer un huevo frito. La cocina, como todo en la vida, tiene sus pasos y sus niveles de dificultad. Empiece poco a poco. Un buen plan de trabajo para aprender es el siguiente: aprenda a manejar el cuchillo, familiarícese con utensilios y aparatos eléctricos, conozca las especias y las hierbas, prepare un fondo o caldo, investigue sobre las salsas y prepare sopas. A partir de allí, empiece con las carnes, los vegetales, los lácteos y los huevos. Claro, hay muchos métodos diferentes, también podría hacer un paso a paso a partir de los métodos de cocción.
6. Se vale equivocarse. Siempre que se está empezando algo nuevo vienen los errores. Que algo se quemó, puede rescatarse si se pasa de olla. Que algo estaba maluco, siga intentando hasta que las cosas le queden ricas. Si está creando, anote siempre ingredientes, cantidades y pasos, así podrá devolverse y saber qué fue aquello que hizo mal o qué puso que hizo que la preparación no le gustara del todo. Lo más importante es entender que la cocina debe ser divertida, debe ayudarle a eliminar el estrés y si lo único que hace es aumentar sus preocupaciones, es mejor que siga pidiendo a domicilio.