Parte del colectivo visitando el lote que será destinado para un nuevo parque público
Por Daniel Palacio Tamayo
El reto más reciente de este grupo de ciudadanos de Envigado es impedir que se construya una vía de 15 metros de ancho, que, como está diseñada, alterará el entorno de un bosque centenario y que ha servido como servidumbre a los moradores de las veredas aledañas al Alto de las Palmas. Los integrantes de Ciudadanos Envigado se han unido para solicitarle a la administración de ese municipio revisar los permisos de la constructora que tiene las pretensiones de edificar una parcelación en la zona.
La historia de este movimiento inició en 2012, con cerca de 40 vecinos. La preocupación por la construcción desaforada en la Loma del Esmeraldal los unió para verificar que se cumplieran todas las exigencias de ley. “Se advirtió, está escrito la hecatombe que iba a pasar” después de que se ejecutaran la cantidad de licencias que fueron presentadas por los constructores para una zona que aún tenía una infraestructura de movilidad y de servicios públicos rural, afirma el arquitecto Gilberto Bernal.
Jorge Melguizo, otro de los integrantes de Ciudadano Envigado, sabe que “cuando cantamos un gol, del otro lado ya han celebrado tres”. Sin embargo el colectivo en los frentes ambiental, cultural, de movilidad y político no electoral se sigue reuniendo para buscar nuevas conquistas.
En El Esmeraldal, aseguran en este colectivo en el que hay desde artistas hasta ingenieros, que se tiene permitido hasta 140 viviendas por hectárea, cuando antes del POT del 2011 autorizaba hasta 40. Gilberto Arango y Blanca Bernal afirman que las constructoras recibían las autorizaciones para edificar más rápido de lo que ellos podían actuar por medio de los derechos de petición. Al sentir que sus reclamos no eran escuchados decidieron hacer una protesta “respetuosa y contundente”.
El activismo de estos ciudadanos ha logrado detener algunos proyectos inmobiliarios que no cumplían con todos los requisitos de ley. “Hagamos de cuenta que son 500 apartamentos menos, eso significa 500 carros menos, o sea 2 kilómetros menos de trancón”, señala Melguizo y agrega Bernal, “hay gente que sale de la portería a las 6 de la mañana y entra de inmediato al taco”.
Entre los triunfos está la conservación de varios lotes que iban a ser urbanizados y se destinarán para parques públicos, sedes para fundaciones sociales, la ampliación de las calle de la zona y paraderos para los buses. Sin embargo aseguran que “cada triunfo nos significa mayor responsabilidad”.