Vivir en El Poblado dedica esta edición especial a un sector considerado modelo en Medellín. Su origen, su desenvolvimiento presente, sus retos y la extensión de sus sueños.
En noviembre de 2003 la noticia llegó a Vivir en El Poblado: algo grande se estaba moviendo en la industria no solo con la venta de los activos de Simesa sino con la liberación del espacio ocupado por la siderúrgica desde 1939 en la zona de Industriales. Nuestros periodistas buscaron contactos y se encontraron con lo que para la época eran términos por descubrir para la comuna 14, como renovación urbana y ordenamiento territorial.
Londoño Gómez, Coninsa Ramón H. y Arquitectura y Concreto, contratados por Simesa, daban los primeros pasos para configurar un proyecto, en principio, de aprovechamiento con vivienda y comercio. Así se desataron intervenciones que han configurado este sector como un modelo para la ciudad y que, durante 15 años, ha tenido a Vivir en El Poblado como vecino, testigo y relator.
Es modelo porque no se desarrolló mediante esfuerzos aislados sino con concepto integral. Y, evidentemente, tiene tareas por resolver en materia de movilidad, ocupación indebida del espacio público y estacionamiento irregular; de consumos que no compaginan con prácticas del uso familiar, de manejo de residuos, también de convivencia. Otras voces lamentan que la renovación, con excepción de la conservación de parte de Talleres Robledo, haya demolido testigos de la vocación industrial que tuvo Medellín o que su propuesta arquitectónica no se inspirara en los hitos fabriles que le dieron vida ni ofreció recursos de corte futurista.
Son tareas que deben inspirar soluciones e intervenciones para las etapas que se proyectan hacia 2026. Pero claro que son más las conquistas de Ciudad del Río. Por ejemplo, consolidar un barrio compacto, donde sus residentes, a la distancia de una caminada, resuelven necesidades de comercio, salud, capacitación, inspiración y entretenimiento. Los barrios compactos no generan aislamiento y contribuyen a la sostenibilidad de la ciudad.
Barrio modelo, además, porque su levantamiento no comprometió las laderas de la ciudad, que para la época ya presentaban desequilibrio entre la demanda y su capacidad de soporte. Porque, sin proponérselo, aportó un gran parque abierto metropolitano. Y porque se constituyó en un polo de generación de riqueza y baste mencionar la meta de dotación de 4.300 apartamentos.
Hoy, de nuevo, caminamos Ciudad del Río, en una edición especial para recordar, recorrer y proyectar. Bienvenidos.