Cinco ideas para cultivar el bosque desde la cocina

No solo compres en supermercados, visita las plazas, apoya a las mujeres agricultoras. Desde nuestros hábitos podemos construir un sistema alimentario resiliente, biodiverso y justo.

Lo que comemos, o dejamos de comer, se traduce en paisajes biodiversos y nutridos u homogéneos y estériles. El sistema alimentario basado en ultraprocesados utiliza solo cuatro ingredientes modificados genéticamente y con baja densidad nutricional comparados con sus contrapartes ancestrales: trigo, maíz, soya y arroz. Estos monocultivos labran paisajes abundantes en químicos que hieren los ecosistemas, reducen la diversidad de la vida en el suelo y amenazan la subsistencia de la mayoría de plantas y animales (¡incluyendonos!).

Muchos productores en el mundo ya no cultivan variedades locales, resilientes, diversas en genética y nutricionalmente densas; en cambio, el sistema los ha llevado a cultivar variedades uniformes que requieren del uso intensivo de fertilizantes, pesticidas y herbicidas, los cuales destruyen la materia orgánica y la diversidad del suelo.

Naciones Unidas ha hecho unas proyecciones donde solo nos quedan 60 años hasta que acabemos el suelo superficial, la capa donde se encuentra la mayoría de la materia orgánica necesaria para cultivar. Si el suelo desaparece, no hay un nosotros.

La buena noticia es que desde nuestros hábitos podemos construir un sistema alimentario resiliente, biodiverso y justo. Cinco ideas para cultivar paisajes biodiversos desde tu cocina:

  1. Aliméntate de más vegetales de colores: la OMS recomienda consumir al menos 400 gramos de vegetales y frutas al día. Trata de variarlos y atrévete a probar esa fruta desconocida o a cocinar con variedades diferentes a las que ya consumes. No siempre hay que comer el mismo tipo de mango. Tenemos cientos de frijolitos.
  2. No solo compres en supermercados: visita las plazas de mercado locales. En Medellín puedes ir a la Minorista en búsqueda de ñame champin y albahaca morada, o a la Placita de Flórez por unas hierbas medicinales y canastos de bejuco.
  3. Apoya a las mujeres agricultoras: son las que más cultivan variedades locales y diversas. Las guardianas de esa diversidad alimentaria. Y trabajan en peores condiciones y mal pagas. ¿Sabías que el 80 % de la diversidad genética de todo el planeta está en territorios indígenas?
  4. Apoya los emprendimientos de alimentos responsables: tenemos achiras, tortillas de chontaduro, cereales de ñame, sirope de yacón, aceite de sacha inchi, extracto de vainilla colombiana, mieles de abejas nativas. Debemos apoyar compañías que son responsables en nutrición, sociedad y medioambiente.
  5. Habla de esto, riega la voz. Conversa con agricultores, cocineros, políticos, supermercados y marcas de alimentos para que incluyan más variedades nativas en sus operaciones.
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