En 2019, el entonces gobierno departamental anunció que dejaría rodando las obras de 67 km de ciclorruta, complementarios a la infraestructura vial, que de haberse materializado harían hoy más seguro el desplazamiento en bicicleta entre Rionegro, Guarne, El Retiro y La Ceja, municipios de Oriente donde estos vehículos de tracción humana gozan de especial auge, bien sea como transporte cotidiano o elemento para prácticas recreativas y deportivas.
Y no sólo se apuntaba a senderos para bicicletas amplios, pavimentados, bien señalizados e iluminados, adjuntos a las actuales vías rápidas y de buenas especificaciones para el tránsito automotor; también se proponían estancias o zonas para el descanso y la contemplación. Como viene sucediendo con otros viejos proyectos malogrados en su proceso de ejecución (por ejemplo, la actualización de la carretera Carabanchel-La María, en El Retiro), comenzaron estos trabajos bajo el signo de la improvisación.
El siguiente gobernador recibió entonces un proyecto iniciado, pero con deficiencias en estudios de suelos, disponibilidad catastral, permisos ambientales, diseños y, por ende, en su cierre financiero real. Se “redimensionó” su alcance, circunscribiéndolo al tramo inicial entre Llanogrande y Guarne, de 23.7 km. Pese a una inversión de más de $60.000 millones desde la planeación del proyecto (2017), en el cuatrienio pasado esta ciclorruta acortada siguió sin tener continuidad efectiva y las obras fueron suspendidas.
Pese a tratarse de dos proyectos departamentales, la acortada Ciclorruta de Oriente no pudo articularse con el actual intercambio vial del aeropuerto José María Córdova.
La actual Gobernación tomó la posta del entuerto con un agravante: debía cumplir una acción popular interpuesta en 2023 que exigió la terminación de la obra; como medida cautelar, de manera prioritaria, había que atender primero tres puntos críticos que generaron derrumbes por la intermitencia en los trabajos. Indeportes Antioquia anunció que empezaría a cumplir esa medida cautelar en septiembre del año pasado, gracias a un contrato con EMDUCE (Empresa de Desarrollo Urbano de La Ceja) que debía estar ejecutado en mayo de 2025.
Sin embargo, ese contrato, por $8.500 millones, tampoco pudo cumplirse por inconvenientes técnicos. Luego de una suspensión de tres meses, Indeportes promete que se reanudarán obras este 18 de agosto e irán hasta noviembre, solamente para dar cumplimiento a las medidas cautelares. Sin mencionarlo, también anunció otro “redimensionamiento”: esta administración entregará 16 km de ciclorruta, entre la T del aeropuerto y la conexión con la autopista Medellín-Bogotá (en Guarne), prometiendo superar 6.24 km de “difícil acceso”.
En este punto, cuando se anuncian más proyectos viales, vale la pena preguntarse: ¿será mejor planear las nuevas vías de Oriente con ciclorrutas incluidas de una vez?