Ciberseguridad: el tema del que hablamos poco, pero del que depende todo

La digitalización nos ha permitido avanzar a pasos agigantados en productividad, acceso y eficiencia. Colombia no se ha quedado atrás: en los últimos años, hemos visto cómo proliferan las plataformas digitales, crecen las fintech, se masifican los pagos electrónicos y se amplía la oferta de servicios 100 % en línea. Sin embargo, en este mismo entorno en el que todo fluye más rápido, también crecen los riesgos. Uno de ellos, quizás el más urgente, es la ciberseguridad.

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En lo que va corrido del año, hemos sido testigos de ataques cibernéticos que han comprometido datos personales, paralizado servicios públicos y puesto a prueba la resiliencia de empresas y entidades del Estado. Según datos del Centro Cibernético de la Policía Nacional, Colombia registra más de 11.000 intentos de ciberataques cada día, siendo los sectores salud, financiero, educación y gobierno los más vulnerables.

Lo preocupante es que, a pesar de la gravedad, seguimos hablando poco del tema. En muchas empresas, la ciberseguridad aún se percibe como un gasto y no como una inversión estratégica. Y en política pública, todavía falta una hoja de ruta clara y moderna que reconozca la dimensión del problema. El desafío no es solo técnico: es cultural, institucional y económico.

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En un país en el que el efectivo sigue siendo dominante y donde millones de personas están apenas dando sus primeros pasos en la digitalización, generar confianza es clave. Y no puede haber confianza digital si no garantizamos entornos seguros. Sin ciberseguridad, el crecimiento de las fintech, el comercio electrónico o los servicios públicos digitales está en riesgo.

Por eso, avanzar en ciberseguridad exige acciones concretas:

  1. Cultura organizacional. La seguridad comienza con las personas. Capacitar a los equipos, revisar protocolos internos y fomentar hábitos seguros es tan importante como cualquier herramienta tecnológica.
  2. Infraestructura adecuada. No todas las empresas tienen los recursos para implementar soluciones robustas. Es urgente que existan servicios escalables y accesibles, así como apoyo técnico para pymes y startups.
  3. Regulación ágil. La tecnología avanza más rápido que la norma. Se necesita un marco legal que entienda los nuevos modelos digitales, que promueva la prevención, proteja a los usuarios y no frene la innovación.
  4. Colaboración sectorial. La ciberseguridad no se puede enfrentar de manera aislada. Se requieren alianzas entre actores del sector público, privado, académico y técnico para construir soluciones colectivas.
  5. Talento especializado. El país necesita más profesionales formados en ciberseguridad. Hay una brecha de capital humano que debemos cerrar si queremos competir globalmente y proteger nuestros activos.

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Hoy más que nunca, la seguridad digital no es un asunto exclusivo de los expertos en TI. Es un tema transversal que afecta la economía, la confianza institucional y la vida cotidiana de millones de personas. Es, en última instancia, el blindaje que nos permite seguir avanzando.

La ciberseguridad no puede seguir siendo un tema pendiente. Debe ser una prioridad nacional.

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