Débora Arango fue una artista que vivió más adelante de su tiempo. Mientras en Antioquia muchos no veían más allá de lo conocido, ella se atrevió a cuestionar temas como la política, la religión o el papel de las mujeres en la sociedad. Por eso, y durante su vida, muchas personas no entendieron su obra a plenitud, y al final de sus años, cuando estaba en la década de los noventa, su obra fue más explicada, la gente comenzó a entender mejor el aporte al arte colombiano y la forma de ver el mundo.
Esto sucedió también en Envigado, el lugar donde vivió y donde queda una casa suya que fue declarada Bien de Interés Cultural de la Nación y Casa Museo en el 2008. Mediante la Ley 1248 de 2008, este lugar recibió una respuesta positiva de parte del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes, en la que se autorizaron las reparaciones en su fachada. De acuerdo con las instrucciones de este documento, se espera que las obras concluyan en un tiempo aproximado de 60 días.
3.300 metros cuadrados tiene esta casa.
En conversación con Vivir en El Poblado, Juan David Correa, ministro de las Culturas, las Artes y los Saberes, explica las razones que motivan una restauración como esta: “Este país está en una crisis profunda del reconocimiento del patrimonio. Falta entender que no se trata solo de material sino también de nuestra relación con la historia, con el pasado, con lo que nos implica existir en territorios donde han ocurrido una serie de acontecimientos que nos hacen ser lo que somos, hoy en día.
En ese sentido, el reconocimiento de tejer las seis estrategias que tiene el Ministerio pasan por el reconocimiento de que los territorios son bioculturales, guardan historia, memoria y patrimonio. Y en ese sentido, la idea es que le devolvamos también la responsabilidad a la sociedad de cuidar esos patrimonios que son los ríos, las memorias, las edificaciones, las costumbres”.
“Queremos tener una obra de Débora Arango en el Museo Nacional. Y me encantaría tejer esa relación entre el Museo Nacional, el Museo de Arte Moderno de Medellín y la Casa de Débora Arango, en Envigado”, Juan David Correa, Ministro de las Culturas, las Artes y los Saberes.
Alejandro Ricaurte, coordinador de esta Casa Museo, explica que las tareas de restauración de la fachada son muy importantes porque detuvieron un proceso de deterioro que se podía comprobar a través de las grietas y humedades en muros de tapia que han tenido varias intervenciones a través del tiempo. Y agrega que, desde que empezaron estas labores, la gente se ha interesado más por esta casa y por el trabajo de Débora Arango. Al hablar sobre el futuro y el valor de esta casa, dice que le encantaría que se convierta en un referente internacional, así como le pasó a México con Frida Kahlo. “Esta casa cuenta lo que fue Débora Arango y tiene intervenciones hechas por ella que solo pueden encontrarse aquí”.
Un museo abierto
Para Lina María Vásquez, secretaria de Cultura de Envigado, trabajar en este proyecto les da alegría. “Nos, imaginamos a Casablanca como un museo abierto e interactivo donde de forma itinerante podamos contar la historia de Débora. Un lugar de consulta y de visita permanente para conocer el legado de la maestra, donde logremos una preservación de la infraestructura física de la casa y así perpetuar también las intervenciones que la misma Débora realizó allí.
Agrega que el alcalde Raúl Cardona,”quiere poner especial atención en la Casa Museo Débora Arango Pérez, un bien de interés cultural de carácter nacional, que nos enorgullece. En unos primeros encuentros y conversaciones, hemos reafirmado la necesidad de exaltar ese legado tan importante que nos dejó la maestra, para eso hemos tenido reuniones con el Museo de Arte Moderno de Medellín que es el lugar donde reposa la mayor parte de su obra. Hemos conversado también con el Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes y con otros representantes de la cultura. Con estos encuentros buscamos generar más y mejores estrategias que nos permitan dar vida a Casablanca, posicionar este mágico espacio y propiciar actividades y proyectos que nos lleven a enaltecer la huella que dejó Débora”.
El valor del patrimonio
Para Lina María Vásquez y todo su equipo, “la casa de la maestra Débora Arango Pérez representa su legado. Este no sólo está presente en los elementos materiales de su obra, sino en el simbolismo que adquieren cada una de sus acciones y que la posicionan como esa mujer aguerrida que avanzó un largo camino en la reivindicación de los derechos de las mujeres de su época y de las actuales. Estas mujeres siguen cerrando brechas en una sociedad que históricamente ha sido machista y represiva. Desde lo patrimonial, cada elemento contenido en la casa, adquiere un valor incalculable, pues los detalles con que Débora cuidó Casablanca, dan vida a su esencia como artista, hermana, hija y mujer”.
Y agrega finalmente: “los envigadeños ahora reconocen esa historia de Débora más allá de los cuerpos desnudos, dan valor a ese aporte que hizo a la sociedad y quieren que ese importante legado se extienda a las nuevas generaciones y a los visitantes de otros lugares del mundo”.