El ingeniero Carlos Arturo Tamayo comparte con los lectores de Vivir en El Poblado sus reflexiones sobre las campañas actuales para las elecciones parlamentarias: “Va para todos los aspirantes a ser elegidos en las elecciones parlamentarias del próximo mes de marzo; tanto para aquellos que quieren repetir de los privilegios de ser congresista como para aquellos que aspiran por primera vez”.
Desde comienzos del presente año estamos viendo cómo todas las carreteras y calles de las ciudades y pueblos empezaron a llenarse de vallas publicitarias donde se aprecian caras maquilladas y sonrientes, de la misma manera que lo hacen cada cuatro años, invitando a los ciudadanos a votar con ellos. Así de simple es la invitación.
Yo que soy solo un peatón que transita con frecuencia por algunas carreteras y pueblos me he venido haciendo la siguiente pregunta al leer “Vote Senado por… vote Cámara por…”. ¿Por qué diablos voy a votar por éste o por aquel otro simpático circunstancial? ¿Qué propone como proyecto de trabajo parlamentario? ¿Cuál es su proyecto político para que tengamos un mejor país?
Podría decir que esta es una carta abierta para todos los aspirantes al Congreso de la República para que, por favor, cambien el formato y al menos empiecen con seriedad a decirles a los ciudadanos en qué se comprometen a trabajar, con miras a que nuestra Colombia sea un país incluyente, con justicia social, cero corrupción y, en fin, todo aquello que hace grandes a las naciones.
Cabe decir que Colombia es un Estado soberano y demócrata soportado en los tres pilares -ejecutivo, legislativo y judicial-, donde cada uno es autónomo por definición y con sus respectivos roles, y que, para el caso del legislativo, una de sus principales funciones es la de ejercer control político al poder ejecutivo, para que no se convierta en tirano. Pero eso no es lo que tenemos en Colombia, y de ahí el gran desprestigio y desconfianza que nos asiste. Eso es el actual Congreso, pero no es lo que necesitamos ni queremos en el futuro.
Sin temor alguno afirmo que todo congresista que, al otro día de ser elegido un nuevo Presidente de la República, corre en gavilla a buscar cupo dentro de la coalición de gobierno es un traidor a su función legislativa y al compromiso que adquirió con sus electores. Tengan presente que los ciudadanos no queremos, ni es ideal para ninguna nación que se precie de ser un Estado democrático, elegir un Congreso para que se fusione con el ejecutivo; ese es el primer paso hacia la dictadura. Esto es, por ejemplo, el actual Congreso y es justamente lo que no queremos los colombianos.
Por: Carlos Arturo Tamayo Zuleta
Ingeniero agrícola – Universidad Nacional