El problema de la basura en el barrio Provenza, en el Parque Lleras, en el Parque de El Poblado y la calle 10 ha estado sobre la mesa desde hace años. A pesar de que en varias reuniones de la comunidad con las autoridades se han planteado soluciones que parecen sencillas, como aumentar las frecuencias de recolección y sacar las basuras a tiempo, poco ha resultado hasta ahora. Es más, la situación ha empeorado.
Para nadie es un secreto que la Zona Rosa de la comuna 14, aquella que hoy se extiende entre las calles 8 y 11, y desde la avenida de El Poblado hasta la carrera 34, ha crecido vertiginosamente. El área, antes residencial, hoy cuenta con bares, discotecas, restaurantes, hostales, establecimientos de comida rápida y almacenes. Esta es una amalgama de actividades que producen desechos más rápido de lo que las rutas pueden recogerlos, por lo tanto se requiere tomar medidas contundentes que incluyan desde lo pedagógico, preventivo y operativo hasta lo sancionatorio.
El riesgo sanitario al que hoy está expuesta la población es evidente. Basta pasar por una de las vías mencionadas para ver la acumulación de basuras frente a los locales de comercio. El espectáculo es aún más desagradable en las mañanas de sábados y domingos, cuando es común ver gallinazos deambulando entre bolsas –muchas de ellas abiertas y regadas por el piso–, o en las noches, cuando se activa el desfile de roedores atraídos por el festín de comida descompuesta. Un panorama poco estimulante para clientes y residentes. Bien lo expresaba un lector de Vivir en El Poblado en nuestra edición anterior cuando decía que, al ser cliente de establecimientos “que no trabajan por caridad”, esperaba un mejor servicio en cuanto al manejo de basuras.
No se trata de señalar culpables pues está claro que el problema es de todos y nos afecta a todos. Si bien los comerciantes, obligados por la Secretaría de Salud a no acumular basuras dentro de sus locales, tienen una gran incidencia en la generación de estas, también tienen un alto interés en no exhibirlas en sus antejardines ni atraer animales a sus espacios de trabajo.
Empresas Varias de Medellín (Emvarias) explica que, por ejemplo, los carros recolectores pasan por Vía Jardín y Vía Primavera los lunes y jueves. Justamente el fin de semana no hay recolección, lo que a nuestro modo de ver es inconveniente. De hecho, Emvarias plantea la posibilidad y el interés de analizar un plan piloto que incluya una tercera ruta para este sector, no sin dejar claro que parte del compromiso debe venir de la comunidad. Por supuesto, los residentes y comerciantes deben respetar los horarios de recolección de basuras y adecuarse a ellos. Las rutas pasan entre 7 y 10 de la mañana pero los residuos siguen produciéndose y empacándose de forma continua hasta las 4 de la madrugada.
Algunos comerciantes, decepcionados y frustrados con la falta de diligencia para gestionar las iniciativas que nacen en las reuniones con las autoridades, han propuesto otra opción que parece sensata: poner a disposición de cada cuadra un contenedor amplio que se pueda cerrar y que les permita a los diferentes locales disponer las basuras durante el día y la noche de forma controlada. Algunos ya han empezado a hacerlo, pero para una solución integral y definitiva, se requiere la voluntad y el compromiso de todos.