Cambia tu / Noviembre

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Publicado en la edición 401, Noviembre 1 de 2009
 
     
 
 
  Regresando el poder
a nuestro Sistema Interior de Guía (SIG)
 
     
  Muchas serán las personas que a lo largo de nuestra vida nos recomendarán o dirán qué hacer, pero para encontrar la felicidad debemos seguir a nuestro propio sistema guía  
     
  Por: Carolina Zuleta y Mauricio Acevedo de cambiatu.com

Cuando éramos niños aprendimos que al hacer ciertas cosas o actuar de cierta manera nuestros padres se mostraban felices o decepcionados. Nuestra naturaleza es querer sentirnos bien, es decir, preferimos que nos aplaudan y nos feliciten a que nos regañen o castiguen. Es ahí cuando empezamos a guiarnos más por lo que ellos pensaban que por lo que nosotros queríamos. Ese aprendizaje lo llevamos en nuestra vida, queriendo agradar a los profesores, amigos y jefes hasta el punto de olvidar nuestro sistema guía.
Podrás encontrar personas que te dicen cómo actuar, qué carrera estudiar, cuándo casarse, qué dieta hacer, cuánto ejercicio realizar, qué hacer para ser feliz, cómo ganar dinero; y la lista continúa. Pero también encontrarás opiniones contrarias que te confundirán.
¿Te ha pasado que has seguido todas las recomendaciones que te hicieron para lograr un objetivo y aun así no lo has alcanzado? Un ejemplo puede ser aquella persona que estudió en la mejor universidad, hizo la carrera que sus padres le recomendaron, fue un trabajador consagrado, pero no logró alcanzar el éxito profesional y económico. O por ejemplo, la persona que ha tratado con todas las dietas: la de la piña, el rábano, la cebolla y todavía no logra alcanzar su peso ideal. O las personas que han hecho todos los cursos de crecimiento personal, se han leído todos los libros, han ido al sicólogo y hasta a meditar en la India, y aún no encuentran su felicidad. La razón es que no existe persona en el universo que sepa qué es lo mejor para ti más que tú mismo.
El ser humano tiene un sistema de guía interior parecido al Sistema de Posicionamiento Global (GPS) que utilizan algunos vehículos. El GPS te señala donde estás y te muestra la mejor ruta para llegar a destino. Si alguna vez te has montado en un carro que tenga un GPS sabrás que lo primero es decirle a dónde deseas ir y después sólo seguir sus instrucciones: gira a la derecha, a la izquierda, toma esta calle, voltea en esta carrera, hasta que llegas a tu lugar objetivo. Ahora, te habrás dado cuenta de que en el momento que decides no seguir las instrucciones del GPS, este empieza a repetir sin parar que debes seguir las instrucciones y no se quedará callado hasta que no vuelvas a la ruta predeterminada.
Las personas no tenemos un GPS, pero sí tenemos un Sistema Interior de Guía (SIG) que funciona igual. Al observar cosas que te gustan o no te gustan, por medio de los valores que has aprendido, los sueños que tienes, las vivencias que has experimentado, le has enseñado a tu SIG adónde es que quieres llegar y quién deseas ser.
EL SIG utiliza los sentimientos para decirte si estás en dirección de lo que deseas o no. Podemos fácilmente dividir todos los sentimientos que existen en dos categorías: aquellos que se sienten bien, como la alegría, la felicidad, el amor, la paz, y aquellos que no se sienten bien: la rabia, el miedo o la depresión.
El SIG funciona cuando lo que estás pensando, diciendo o actuando, está en armonía con lo que deseas, haciéndote sentir bien. Por el contrario, si lo que hablas, piensas o actúas no es lo que deseas, te sientes mal.
De hoy en adelante si deseas saber si vas camino hacia tus sueños o no, detente y observa cómo te estás sintiendo. No existe una mejor guía que tu propio sistema interno. Las personas más exitosas, las que más felices viven, están en contacto con sus sentimientos, los escuchan y los entienden como los mensajeros más importantes.
El ejercicio para las próximas semanas es contactarte con lo que sientes. El mantra cada día en cada instante deberá ser: ¿cómo me siento en este momento? Tómate el tiempo para sentir. Para algunas personas será más fácil pues no se han alejado tanto de su SIG, para otras tal vez más difícil, pero para todos, sin excepción, será un contacto beneficioso.
Pueden escribirnos sus preguntas o comentarios a: [email protected]

 
     
 
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