En la ciudad tenemos productos locales e importados que para los cocineros es una suerte porque podemos crear platos únicos que brindan experiencias inolvidables. Mis recomendados.
Es interesante cómo la calidad se puede valorar como buena, mala o incluso regular. Y aplica para todo: un producto alimenticio, uno artesanal, un mueble, la ropa que vestimos, un momento en familia, un viaje.
Para mí, la calidad es bastante importante y quiero que las cosas que haga, transmita, pruebe y experimente sean como mínimo de buena calidad. Deseo momentos en familia y con amigos, agradables, que me dejen recuerdos. Quiero viajar a lugares que cuenten historias y donde me pueda deleitar con su gastronomía y cultura. Anhelo libros que me cuenten historias fantásticas, que me transporten y me llenen de emociones.
Sí. Para mí la calidad en la vida es clave y es lo que deseo transmitir a través de mi cocina.
La calidad de los productos, de dónde vienen, cómo los manipulamos y cómo los procesamos, es de suma importancia.
En la ciudad ya podemos encontrar productos de altísima calidad, tanto locales como importados, y eso para nosotros los cocineros es una suerte porque podemos crear y poner en boca de nuestros comensales platos únicos que brindan experiencias inolvidables.
En los últimos ocho años han llegado a Medellín productos que antes era impensable encontrar. Especies de Oriente, arroces europeos y asiáticos, chiles mexicanos y ajíes peruanos, sales negras de Hawaii y otros lugares maravillosos del mundo, masas madres europeas, helados artesanales italianos, currys de India y Tailandia, embutidos y quesos de Francia, al igual que jamón de bellota de España. También el acceso a semillas nos ha permitido experimentar con un agro diferente e innovador. Hoy en día podemos sentirnos orgullosos del amplio portafolio de restaurantes con conceptos de excelente calidad, como en almacenes donde podemos encontrar todo aquello que necesitamos para recrear sabores del mundo.
Siento mucho orgullo de tener colegas que están haciendo un excelente trabajo en cuidar y promulgar la buena mesa. Aquí mis recomendados, quienes se han encargado de regalarnos calidad:
Restaurantes, cafés y panaderías: Naan Sabores de India, Bao Bei, Osea, Arte Dolce, con una variedad de sabores inigualables; Moshi, Carmen, Oci.MDE, Pergamino, Como Pez en el Agua, Tres Trigos, Eduardo Madrid, La Fournée y La Boutique de la Buena Mesa, con los mejores quesos importados de Francia.
Almacenes: Ceres, con sus productos orgánicos y propuesta de restaurante vegano justo; Ábrete Sesamo y Nuez Moscada, donde podemos encontrar una amplia variedad de importados como especies, arroces y salsas; Von Fass, con aceites deliciosos, y Pesquiera, con pescados frescos traídos del Pacífico colombiano, mariscos importados y una amplia variedad de condimentos asiáticos.
Proveedores: Pomario, que les ha apostado a brotes, flores comestibles y vegetales baby; La Vasquesza, con sus embutidos, que no tienen nada qué envidiar a los europeos, y Tilin Tilin Chocolates, que nos presenta una gama de sabores que descrestan.
Deseo profundamente que las personas se preocupen por la calidad de lo que consumen, de lo que ven, de lo que escuchan y lo que dicen. Valoremos todo aquello que nos brinde felicidad y nos llene de sensaciones placenteras.