Café Valencia
Un café orgánico, desarrollado con una variedad inédita: Pamplona
En la vertiente occidental del páramo de Belmira está localizada Pamplona, finca donde Elkin Valencia, economista de profesión, músico –perteneció durante 30 años al coro del Estudio Polifónico de Medellín– y agricultor de toda la vida, desarrolla un café orgánico de alta calidad, producido de una manera muy artesanal. A la usanza de sus antepasados, él mismo tuesta y muele el café que hoy comercializa, por pedido, bajo la marca Café Valencia.
Café Valencia es cultivado en altitudes entre los 1.400 y 1.600 metros, en un microclima particular, donde los flujos calientes provenientes del Río Cauca chocan con las corrientes frías del Páramo de Belmira. Esto genera precipitaciones de lluvia más o menos regulares durante todo el año, lo que facilita su cultivo, puesto que evita la necesidad de riegos. “Esto garantiza que el café tenga una maduración tranquila, una pulpa jugosa e incide en la densidad del grano”, señala Elkin.
Sin embargo, los atributos que hacen distinto a este café se derivan del cruce especial que se da entre las variedades de café plantadas allí. Hace alrededor de cien años, tras adquirir la finca, el bisabuelo de Elkin sembró dos variedades arábigas: Pajarito y Maragogipe. Cuarenta y cinco años más tarde, se introdujo en la propiedad la variedad Borgón. A raíz de una polinización cruzada, se generó una variedad inédita que Elkin ha bautizado naturalmente Pamplona. “Con toda propiedad yo podría patentar esta variedad, por la tradición de décadas de esta particular convivencia. Aunque no he explorado esa posibilidad, esto no me intranquiliza, pues las condiciones de silvoagricultura en las que se cultiva esta variedad están solo allí”.
De acuerdo con Elkin Valencia, a partir de la década del 70 se erradicaron muchos cultivos tradicionales de café y se reemplazaron con otros, en los que se implantaron especies químicodependientes. “Mi familia jamás se dejó llevar por esa moda, y particularmente mi papá”, recuerda. Como consecuencia, hoy el café que produce se cataloga como orgánico. Es decir que se cultiva con los fertilizantes propios del suelo, y en unas condiciones de silvoagricultura que permiten que las plantas nativas aledañas incidan positivamente en los procesos de control de plagas y en el aroma, sabor y cuerpo del fruto.
El café por las venas
El interés de Elkin Valencia por la cultura y cultivo de café se remonta a sus primeros años de vida. El proceso de tostado, por ejemplo, lo aprendió de sus abuelas, mirando, probando, perfeccionado. Con el transcurrir de los años, pese a compromisos laborales, musicales o educativos en Medellín, Elkin nunca descuidó su profunda relación con el campo y siempre estuvo, como dice él, “al pie de mi café”.
Hace un año, motivado cada vez más por el convencimiento de tener entre sus manos un café único y de cualidades superlativas, decidió empacarlo y venderlo a particulares. Empezó ofreciéndolo a su mercado natural (amigos y familiares) y ha ido creciendo lentamente, hasta el punto que hoy “un señor en Santander quiere que le lleve café en grano, pues se conserva más”, relata Elkin, con su contagioso entusiasmo.
Al preguntarle por las características esenciales de su café, Elkin lo describe como “de cuerpo (que hace referencia a la permanencia del sabor en la boca) mediano, es aromático con notas confitadas. Está clasificado por la federación como 4C, eso es una convención de ellos, pero es un logro importante pues significa que está muy próximo a lo que para ellos es un café orgánico. Aunque mi café, en el sentido estricto, es orgánico y con atributos superiores a muchos certificados como tales”.
Los interesados en solicitar pedidos de Café Valencia pueden llamar a Elkin al 314 635 9033.