En medio del desarrollo urbano, algunos habitantes se interesan por el bienestar de la fauna y flora, y se deslumbran con sus avistamientos
Así es la historia de Aburrá Natural, un portal creado por el biólogo de la Universidad de Antioquia y estudiante de doctorado en la Universidad de Wollongong en Australia, Carlos Delgado, que agrupa una comunidad de naturalistas, escritores, estudiantes, artistas, profesores, jardineros, deportistas, músicos, fotógrafos, ingenieros, activistas y diseñadores, apasionados por la vida silvestre y la flora nativa del Valle de Aburrá. Su objetivo es la difusión y la promoción de la historia natural y la biodiversidad, con publicaciones de notas periódicas sobre la fauna, la flora y las interacciones biológicas en este territorio y sus áreas aledañas.
“Aunque teníamos un interés por las aves locales, la primera idea concreta de publicar y dar a conocer aspectos más profundos de la historia natural y la biodiversidad del Valle de Aburrá surge a raíz del estudio de la dieta del zorro perro.
Desde ese momento empezamos a escribir algunas notas sobre la historia natural y la diversidad de aves y mamíferos.” explica Carlos Delgado. Pero ante la dificultad de publicar sus escritos en revistas científicas y otros medios -que además consideran que no siempre llegan a la población que directa y diariamente interactúa con los animales y las plantas urbanas- se creó aburranatural.org, gratuita e independiente y con la ventaja del espacio ilimitado y la posibilidad de publicar imágenes y videos.
Desde entonces en este sitio se han documentado encuentros cercanos o fugaces, detallados o breves pero siempre interesantes. “Hemos tenido acercamientos a roedores y marsupiales que en el Valle de Aburrá son raros”, dice Carlos. Recuerda especialmente el momento en el que vio al ratón del chusque. “No puedo decirlo con cien por ciento de certeza pero creo que sí era, por su forma y comportamiento. Se sabe de su presencia aquí en las montañas del Valle porque un diente fue encontrado (a principios del milenio) en un excremento del zorro perro.
Este es el único indicio que tenemos de su presencia y representa el único registro disponible después de la descripción de la especie en 1879”. Más recientemente, en octubre de 2012, las cámaras automáticas (activadas con calor y movimiento) que este grupo de naturalistas puso en la reserva San Sebastián – La Castellana (entre Envigado y El Retiro), capturaron imágenes del tigrillo lanudo. Un felino que se encuentra amenazado principalmente por la pérdida y degradación de su hábitat y la persecución humana, y catalogado mundialmente como vulnerable.
También se creía que el tití gris, una especie de primate descubierta en Medellín en 1877, ya no ocupaba esta región por pérdida del hábitat, pero en aburranatura.org están los videos de su avistamiento en el barrio El Poblado. Así, este grupo de personas, de forma individual o colectiva, ha documentado guacharacas, zorros, guaguas, puercoespines, tairas, gualas y cucaracheros en la comuna 14.
El ejercicio de esta actividad les ha permitido ver las amenazas. “El Poblado ha experimentado un proceso grande de urbanización que ha alterado los bosques de esa ladera, pero todavía quedan reductos en algunos sectores, que aunque no tengan la calidad original tienen franjas de bosque a lo largo de quebradas que logran conectar intermitentemente con la parte más alta del barrio”, explica Carlos Delgado. Agrega que la urbanización no solo altera el hábitat durante la construcción sino al introducir y mantener estructuras ajenas. “Las aves chocan contra los ventanales, se ha documentado la muerte de animales en las calles y aunque hay pocos datos cuantitativos de esto, uno intuye que la fauna y la flora fueron afectados drásticamente con el auge de la construcción. En la ampliación de la parte baja de Las Palmas, por ejemplo, se vieron muchos cadáveres de marsupiales”.
Si bien no se intenta frenar el desarrollo estructural, Delgado explica que los estudios de ecología urbana describen y caracterizan las interacciones bióticas y abióticas que se presentan en los centros urbanos. “Estas investigaciones no sólo promueven el entendimiento y conservación de los organismos y ecosistemas urbanos, sino que pueden contribuir en la concepción, planeación, dirección de políticas y normas involucradas en la construcción de una ciudad biodiversa. Obviamente la ciudad no reemplaza un bosque intacto y nunca será lo mismo, pero podemos lograr convivir con un mayor número de especies.
En Medellín son cruciales estudios de ecología urbana”, concluye el experto.