Fue necesaria la presencia de los bomberos para liberar a un buho de anteojos herido que estaba atrapado en las ramas de un árbol ubicado en el jardín de una casa de la loma de La Tomatera, en El Poblado. El hecho ocurrió el lunes en la tarde.
“Mi hijo vio el animal y me avisó. Pensábamos que estaba muerto pues estaba colgando, desgonzado. Luego nos dimos cuenta que estaba vivo pero que no era capaz de volar”, narra Marcela Toro, habitante de la zona.
Agrega que el buho de anteojos tenía incrustado un pedazo de rama en una de sus alas. Calcula ella que con sus alas extendidas la ave medía cerca de un metro y medio.
Con ayuda de un vecino, y utilizando el tubo con una malla en el extremo que se usa para limpiar las piscinas y al cual le amarraron un cuchillo en la punta, lograron cortar la rama que estaba incrustada en el ala, pero el buho seguía en la copa del árbol.
“Llamamos al 123 y quien atendió la llamada nos dijo que remitiría la solicitud a los bombero; en efecto, estos llegaron en 10 minutos, y su actitud fue la mejor”, dice Marcela.
Finalmente, el animal logró escapar de las ramas y voló de nuevo. Un rato después, Marcela lo vio de nuevo en su jardín pero ya luego no lo volvió a ver.
En Wiki Aves, una publicación digital de la Universidad ICESI, explican que el buho de anteojos se encuentra en Colombia en zonas por debajo de los mil metros sobre el nivel del mar, especialmente en “en la costa Pacífica desde límites con Panamá, hacia el oriente hasta la Guajira y hacia el sur hasta el valle medio del río Magdalena en el norte del Tolima”.
Utiliza para refugiarse zonas abiertas con árboles dispersos y se alimenta principalmente de “se alimenta principalmente de vertebrados pequeños como murciélagos, ranas, lagartos (…). Aunque en menor cantidad también consume pequeños cangrejos e insectos como grillos, escarabajos y orugas”.