Hace una semana fueron capturadas dos mujeres señaladas de reducir a sus víctimas con esta sustancia en la zona de rumba de El Poblado.
La Policía explica cómo es su modo de operar.
Por: Sebastián Aguirre Eastman / [email protected]
Fueron cinco las víctimas que cayeron por culpa de dos mujeres reconocidas con el alias de Las Monas. Eran turistas de Israel, España, Turquía, Holanda y Francia, y a todos, según la Policía, les fue suministrada la misma sustancia en sus bebidas alcohólicas:
benzodiacepina, que desde hace un tiempo reemplazó a la escopolamina en el método de actuar de este tipo de delincuentes.
El capitán Nelson David Conde, jefe del Grupo de Contratracos de la Sijín, dice que los delincuentes la prefieren porque no provoca síntomas agresivos en la víctima, y aunque le hace perder el control de su consciencia, no la inhibe del todo ni la duerme. Esto les permite que los afectados suministren datos como la dirección de la casa, el número de la tarjeta de crédito o las claves.
Las Monas los habían contactado vía Tinder, una aplicación de citas personales que se ha convertido, además, en un modo de comunicación muy frecuente de los delincuentes con sus víctimas potenciales.
Tras acordar una agenda, se encuentran en discotecas y aprovechan un descuido de la persona para suministrarle la sustancia en una pequeña dosis en un licor.
Dice el capitán Conde que estos delincuentes, por lo general, no hacen parte de estructuras organizadas. En ocasiones son de otros lugares del país y van viajando entre ciudades para librarse de los investigadores.
El relato de una víctima
Daniel -35 años- solo recuerda que salió de la discoteca para pedirle un taxi a un amigo que estaba ebrio, y después fue a comprar un chicle en la esquina. Luego, nada más. En el sitio había tomado algunas cervezas, pero se encontraba en buen estado.
Al despertar estaba en una clínica. El dictamen del médico fue que le suministraron escopolamina (conocida como el borrachero, en el argot policial). Sus familiares le dijeron que lo habían encontrado en un hotel “de mala muerte” en el Centro de Medellín, y que los había llamado con angustia por no saber en dónde estaba.
“Eso dicen ellos que yo decía”, pues no recuerda nada. Se le llevaron el reloj, el dinero y más importante: la tranquilidad. El hecho ocurrió hace un par de años, pero Daniel no olvida. Aún tiene episodios de pánico y de nervios.
Al contarles a sus amigos lo que le pasó, supo que a dos más, que estaban en la discoteca aunque no en su mesa, también les había pasado algo similar.
Los efectos de esta sustancia en el cuerpo
En un estudio disponible en el sitio web de la Organización Panamericana de la Salud, elaborado por la doctora Claudia Lucía Arroyave, médica toxicóloga de la Universidad de Antioquia y del CES, se señala que la benzodiacepina es medicada con indicaciones para insomnio, trastornos de ansiedad, fobias y pánico; trastornos convulsivos y musculares y de medicación preanestésica.
Su consumo provoca somnolencia, balbuceo, falta de coordinación, irritabilidad o cambios en el estado de ánimo, problemas para concentrarse o pensar con claridad, problemas de memoria, movimientos involuntarios de los ojos y desinhibición.