Pese a las demoras que suman nueve meses, la remodelación del parque Lleras es hoy un hecho cuasi consumado, faltando algunos detalles, como la puesta en servicio de los contenedores soterrados de residuos sólidos y el retorno de la estatua de la Virgen a su nuevo pedestal.
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También dentro de los pendientes están los prometidos 22 nuevos módulos que, desde el comienzo del proyecto, en fase previa a la construcción, fueron anunciados por la administración distrital en reemplazo de las mesas que por décadas han utilizado los 21 habituales artesanos y pintores del parque.
El módulo 22 sería para uso oficial, como punto de información turística y de oferta institucional. Dentro de los otros 21 módulos, estarían 17 para artesanos y cuatro para pintores. Según ha informado en reiteradas ocasiones la secretaría de Infraestructura Física (SIF), ejecutora de las obras en el Lleras y calles circundantes, dichos módulos tendrían características novedosas.
Esa información fue reiterada por Froilán Giraldo, experto en macramé, filigrana y joyería artesanal, con 20 años en el parque y vocero de sus colegas. “Nos presentaron hace varios meses los diseños; pasaremos de una exhibición horizontal en mesas a una vertical. También sabemos que vendrá con paneles solares en la parte superior, para generar la energía que vayamos a necesitar”.
$400 millones habrían costado los nuevos módulos para artesanos y pintores del Lleras.
Vivir en El Poblado consultó con la subsecretaría de Espacio Público, entidad de Seguridad y Convivencia coordinadora de este proceso particular con los artesanos. Sus voceros no confirmaron detalles sobre los módulos o su fecha de entrega, aunque sí refirieron que se está organizando un acto formal para los próximos días.
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Al respecto, Giraldo expresó que “nos han dicho que puede ser empezando agosto, en plena Feria de las Flores. A nuestro parecer, a pesar de que estamos esperando los módulos y los agradecemos, creo que no sería conveniente que fuera ya, eso está encima. Sería mejor dejarlo para luego de la Feria”.
Alegó el artesano que los módulos, de un metro de frente con 2.1 metros de alto, exigen una adaptación física al nuevo esquema de exhibición vertical. “Vamos a necesitar una estructura, como marcos, eso se llevará unos días. No es tan sencillo como pasar la mercancía de la mesa al módulo y ya. Se necesita un tiempo y una inversión por parte de nosotros”.
Con ruedas
Extraoficialmente, cada módulo vendría con cuatro paneles solares retráctiles, cada uno de 80 cm, que al desplegarse formarán una especie de techo cuadrado de 1.6 m por cada lado. Otra característica de los nuevos módulos, según nos confirmaron los artesanos, es que contarán con ruedas para que puedan movilizarse libremente, al menos mientras se define si se anclan al piso nuevo o no.
“Lo que sí tenemos totalmente claro es que vamos a estar donde siempre, en la calle 9A, entre las carreras 40 y 38; la distribución en ese espacio la estamos analizando y creo que se definirá apenas lleguen los módulos. Como vienen con ruedas, será más fácil hacer los ajustes que se necesiten”.
Durante las sesiones del comité ciudadano de obra en el Lleras, voceros de la SIF informaron que, de los 8.568 millones de pesos del contrato para todas las acciones de remodelación, se destinaron alrededor de $400 millones para la compra de esos 22 módulos, lo cual arroja un costo por unidad cercano a los 18 millones de pesos.
Desde el mes de abril, ni la SIF ni el consorcio JP Medellín (contratista para la renovación del Lleras) han vuelto a convocar el mencionado comité. Ante la solicitud de los interesados por una nueva sesión de dicha instancia, voceros de los convocantes expresaron que “la reunión de finalización se hará una vez se terminen de instalar los vidrios de la Virgen y se tengan los módulos de los artesanos. Apenas culminen esas dos actividades, se realizará y se les informará con debida antelación”.
Un sitio fijo
Desde que comenzó la intervención física del Lleras y sus calles aledañas, con el primer cierre en polisombra del parque, los 21 artesanos contaron con acompañamiento institucional y debieron moverse de un lugar a otro, dependiendo del avance de la obra. En su mayor parte, estos comerciantes se ubicaron de manera provisional en la carrera 38, entre las calles 9 y 8A. Algunos, inclusive, alcanzaron a instalarse en el parque de El Poblado.