Es destacable la iniciativa de la Alcaldía de poner -por fin- orden al caos del Centro de Medellín, al menos en cuanto al control, mediante cámaras, a los vehículos que ocupan irregularmente el espacio público.
Pero en lo que sigue en mora la administración municipal es en la aplicación de esta medida en El Poblado, de lejos el sector con más problemas de movilidad en Medellín, no solo por la insuficiencia de la malla vial sino por el pésimo uso que le dan los ciudadanos. Urge aplicar correctivos, sobre todo ahora, cuando propietarios de El Poblado ya empezaron a recibir las notificaciones del monto que deberán pagar por concepto de Valorización y, por ahí derecho, a manifestar su descontento por las sumas que les han llegado y a convocar acciones de protesta.
Por el momento, y aparte del curso que siga este proceso, para que el cobro de los proyectos viales en El Poblado tenga algún sentido y no resulte tan odioso para los contribuyentes, la Alcaldía tendrá que esforzarse, mucho y pronto, por organizar bien los recursos que tiene. Nos referimos a que haga valer su autoridad y no permita más el abuso constante por parte de aquellas empresas y particulares que han convertido las costosísimas vías públicas en parqueaderos privados y frentes de despacho, con total impunidad, a los ojos de todos, como lo hemos denunciado con insistencia en Vivir en El Poblado.
La Secretaría de Movilidad ha sido impotente -o laxa- frente al manejo de esta situación, dada la violación constante de las prohibiciones de parqueo, incluso en vías nuevas que serán pagadas por todos, como la conexión de la carrera 43 C, por solo poner un ejemplo. Cómo no indignarse ante este usufructo ilegal que hacen vehículos particulares y empresarios, grandes y pequeños, de las pocas calzadas existentes, por las que ni siquiera cabemos. Cuántas actividades en El Poblado no prosperan de cuenta de esta ocupación irregular, tan absurda como si en una oficina cualquiera o en este periódico decidiéramos sacar los escritorios a media calle, cerrarla y realizar en ella las labores diarias. Cómo es posible que les den licencias de funcionamiento a negocios que no disponen de la infraestructura necesaria para realizar su tarea.
Nos han vendido la idea de que gracias a la Valorización se va a mejorar la calidad de vida de los habitantes de El Poblado al disminuir los tiempos de desplazamiento. Pero cómo van las cosas, los proyectos viales que se están empezando y los que vendrán (con un costo total de $458.362.761.892) también se convertirán en estacionamientos privados.
La Alcaldía no solo tiene que vigilar y garantizar que se respeten las vías para que cumplan su función de movilidad, sino liderar campañas pedagógicas para su buen uso, sancionar con multas drásticas a las personas y empresas que trasladen a la comunidad el problema de su carencia de estacionamientos, y propiciar la creación de grandes parqueaderos en las zonas de tránsito conflictivo, como Manila, Astorga, Las Lomas 1 y 2, por solo citar algunas. Ah, y lo principal, aprovechar la eficiencia que tienen las cámaras de las fotomultas para pillar violaciones del Pico y Placa y supuestos excesos de velocidad, para sancionar a los abusivos que se están robando las vías de todos.