Año nuevo, propósitos nuevos

Los finales también son lugares donde otras cosas pueden empezar, por eso, con el final y el inicio de un nuevo año llega una lista infinita de propósitos, ya sean personales o profesionales. Aprender un nuevo idioma, volver al gimnasio, ahorrar más dinero, mejorar las relaciones personales, conseguir un nuevo empleo o desarrollar ese proyecto que sigue en la bandeja de borradores.

Sin embargo, según un estudio de la Universidad de Scranton de Pensilvania (https://ekaenlinea.com/segun-estudio-solo-el-8-de-las-personas-cumplen-sus-propositos-al-finalizar-el-ano), solo el 8 % de las personas logra cumplir sus metas de año y el 2 5% de las personas desertan sus metas en la primera semana.

¿Qué podemos hacer entonces para tachar puntos en esa lista? Lo más importante es integrar nuestras metas y propósitos a nuestro estilo de vida, convertirlos en hábitos sostenibles que impulsen nuestro bienestar, rendimiento y crecimiento empresarial.

Las personas y las empresas  necesitamos integrar rituales constantes enfocados en el bienestar y la productividad. El rendimiento empresarial depende de un equilibrio integral entre cuerpo, mente y un aprendizaje continuo. Estudios demuestran que incluir pausas activas mejora la creatividad en un 20 %, mientras que prácticas como la desconexión digital incrementan la calidad del sueño en un 30 %, impactando directamente en la productividad.

Grandes empresas como Google han comprobado que rituales de mindfulness reducen el estrés hasta en un 40 % y mejoran la toma de decisiones en un 25 %. Además, fomentar una cultura de aprendizaje constante se traduce en empresas más competitivas y sostenibles.

Muchas culturas ancestrales utilizaban y siguen utilizando rituales para marcar momentos importantes o conectar con su propósito. Hoy, las empresas podemos aprender de estas prácticas para incorporar rituales modernos que impacten positivamente tanto a las personas como a los equipos.

Por ejemplo, los líderes comunitarios en el Amazonas realizan rituales en las malokas (espacio físico y simbólico que representa el centro de la vida comunitaria) para definir el rumbo de su comunidad, alineando a todos con una visión colectiva.

En el mundo empresarial, podemos traducir esto a sesiones estratégicas periódicas donde se evalúan no solo los números, sino el bienestar y la conexión con los valores organizacionales.

Más allá del Año Nuevo, un inicio siempre será un momento inspirador, pero no podemos limitar la introspección, el balance y el cambio al primer mes del año. Transformar los propósitos en rituales y hábitos nos permite vivir una vida más plena, saludable y productiva, tanto a nivel personal como empresarial.

El mayor propósito para este 2025 debería ser construir organizaciones donde los rituales de bienestar y crecimiento sean tan importantes como los resultados financieros. Porque, al final del día, empresas más humanas son empresas más exitosas.

Bibliografía

https://es.cochrane.org/sites/es.cochrane.org/files/uploads/Maldita/2022/maldita-mindfulness.pdf

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