A Andrés Marín hasta la mamá le decía Musingo. Es campeón nacional e internacional de stunt, una modalidad del motociclismo que mezcla trucos y acrobacias arriba de la máquina.
Su pareja en las imágenes es una Yamaha R6 600, pero también saca una DT 175. Con ellas se entiende a la perfección, las conoce en detalle, y es capaz de hacer cualquier acrobacia con la confianza de ser uno de los pioneros de esta actividad en el país.
Musingo es Andrés Marín, tiene 38 años y pocos lo conocen por su nombre real. Musingo desde pequeño, por su corte de pelo, calvo del todo, y por una película.
Le puede interesar: Agustín, tras un sueño llamado Loretta Lynn’s
Ha sido campeón nacional y suramericano del stunt, una modalidad del motociclismo que mezcla acrobacias y trucos arriba de la máquina. “Es como bailar con ella”, señala.
Admira a los europeos, por su agresividad, y a los brasileños por su técnica. De ambos ha aprendido para acoplar su propio estilo, el que le ha permitido ser campeón. Se para en el tanque, en la silla, anda en una sola rueda, en la de adelante o en la de atrás, estira su cuerpo hacia la izquierda o la derecha, quema llantas.
En tierra practica el equilibrio, clave para sostenerse en la moto cuando hace sus trucos.
Lamenta que en Medellín no tengan muchos lugares para practicar. De hecho para esta nota nos encontramos en una placa polideportiva de La Asomadera, aprovechando que a esa hora, un viernes a las 8 a.m., no estaba ocupada.
Para el stunt sirve cualquier moto, afirma Musingo, de alto o bajo cilindraje; las más apetecidas hoy son las de cuatro tiempos, que permiten hacer más maniobras.
Le puede interesar: Daniel Fernández voló a 245 km/h en la carrera más peligrosa del mundo