Ampliar sus conocimientos o aprender un nuevo oficio es un propósito para el cual nunca será tarde. La elección del curso indicado debe sopesar lo emocional, es decir el gusto y el placer, pero también lo racional, según necesidades del área en la cual usted se desempeñe.
Así lo señala Aura María Peláez, asesora en estrategia personal de la empresa Intus, quien dice que la pregunta clave es ¿para qué?
“El camino se parte en dos cuando usted se cuestiona si quiere estudiar para ampliar sus opciones laborales o profesionales, o si es por placer”.
Si su opción es la primera, es clave que se pregunte qué quiere lograr con los nuevos conocimientos. Si por otro lado desea estudiar por placer, un aspecto a tener en cuenta es, en palabras de Peláez, que identifique cuáles son sus momentos de “flow”.
Estos, explica la asesora, son aquellos oficios que para usted resultan “sanadores”, que cuando se dedica a ellos lo hacen olvidarse de todo.
“Hay dos puntos fundamentales sobre los cuales debo tomar decisiones sobre el incremento de mis conocimientos y habilidades: el propósito final de vida y las fortalezas naturales.
Cuando yo alineo mi vida profesional y académica a esos dos puntos, adquiere mayor sentido y significado”, cierra Peláez.