Los cinco meses de aumento en las temperaturas y la reducción de lluvias en el país por el fenómeno del Niño pueden afectar los ecosistemas de nuestro país, en particular, a dos especies del bosque andino: el amarrabollo y el chachafruto. La escasez de agua en los suelos por amplios periodos puede llevar a estas dos especies a disminuir sus poblaciones.
Esto se sabe gracias a un estudio de la Universidad CES y la Universidad de Antioquia, que analizó la respuesta a la sequía en el suelo de cinco especies de plantas del bosque andino. En el invernadero del CES, durante 4 meses, hicieron seguimiento a la respuesta que daban plántulas de roble (Quercus humboldtii), chagualo (Clusia sp), drago (Croton magdalenensis), amarrabollo (Meriana nobilis) y chachafruto (Erythrina edulis) a la sequía del suelo. Después, en el corregimiento de San Félix, replicaron el experimento con plantas más grandes de las especies mencionadas, encontrando la vulnerabilidad del amarrabollo y el chachafruto.
Estela Quintero Vallejo, bióloga, magíster y doctora en Ecología y Gestión Forestal de la Universidad de Wageninen, en Holanda, es una de las profesoras del CES que participó en la investigación. Respecto al comportamiento del amarrabollo y el chachafruto, anota: “En periodos de dos o tres meses, las plantas podrían sobrevivir, ya que cuentan con algunas estrategias para resistir las condiciones de estrés que implican la falta de lluvia. Pero si estos periodos se extienden mucho más tiempo, ya las plantas no lograrían sobrevivir”.
Es de resaltar que el chachafruto hace parte de un grupo de plantas que ayudan a captar nitrógeno, por lo que sus hojas, al caer, aportan a la composición de los suelos. Además, sus semillas son de consumo humano y sus hojas se emplean para alimentar cerdos y gallinas. Por su parte, el amarrabollo puede cumplir una función atrayendo familias polinizadoras, por lo vistoso de sus flores de un fucsia intenso
De acuerdo con Estela, el riesgo de que una especie disminuya o desaparezca implica que “en bosques que son muy diversos, como los Andinos, empezar a perder especies o considerar que hay una mortalidad de algunas especies, cambia un poco lo que llamamos la composición de estos bosques. Esto puede tener consecuencias muy graves para, por ejemplo, las interacciones en los ecosistemas”. Es decir, la desaparición de una especie deja un hueco en la función que esta cumple en su entorno, desbalanceando el funcionamiento de su ecosistema.
FENÓMENO DEL NIÑO EN COLOMBIA
La Organización Meteorológica Mundial declaró el Fenómeno del Niño a mitad de año. En nuestro país, las condiciones que permiten hablar de su influencia en el territorio fueron dadas por el IDEAM a inicios de noviembre.
La disminución en las precipitaciones de lluvias y el aumento en las temperaturas, que se prevé dure hasta marzo del 2024, pueden afectar a 176 municipios, de acuerdo con el Ministerio de Ambiente. Algunas de las problemáticas que afrontarán los municipios en riesgo son: desabastecimiento de agua, afectaciones por sequía o incendios forestales, entre otras.