Por Horacio Navarro Mesa
Álvaro fue un ingeniero electricista que dedicó su vida profesional al trabajo en las Empresas Públicas de Medellín y en el Banco Interamericano de Desarrollo, cargos que le llevaron a viajar por diversos lugares del mundo, hasta establecerse definitivamente en la ciudad de Buenos Aires, Argentina.
Desde la casa de los abuelos maternos emprendió un viaje por los peroles y el gusto por los más diversos sabores de nuestras comidas tradicionales que le fueron guiando para explorar, descubrir y saborear en todos los recodos visitados, las más maravillosas y diversas formas del comer, experiencias que compartió desde 2007 en las columnas del periódico Vivir en El Poblado y, por un tiempo, en su blog personal mesalandia.blogspot.com.co.
Álvaro fue siempre un enamorado de la vida y de la buena conversación; desde que dejó su vida de ingeniero, la buena mesa, la pesca y la búsqueda de las mejores formas de cocinar, desde la pequeña plaza de mercado hasta el más excelso restaurante, ocuparon sus horas de estudio, sus tiempos y desvelos.
En 1999 emprendió el Camino de Santiago, mochila al hombro, por senderos de España y Francia, acompañado de su hijo, Álvaro Ignacio, lugares donde entró en contacto con las ricas gastronomías locales que dejaron huella en sus escritos.
En 2003 publicó el libro La Cocina de la Hostería del Pedregoso; ubicada en el lago Cholila, en la Provincia del Chubut, es un bello paraje de la Patagonia argentina que solía visitar desde 1992 con Matilde Marín, su esposa y compañera de viaje, en el que no solo encontraba reposo y tranquilidad, sino también un lugar mágico para la pesca con mosca y para el goce gastronómico. A sus cocineros rindió homenaje con este libro que recoge la sabia de sus recetas. Los últimos meses de su vida los dedicó a escribir los textos de un nuevo libro sobre la cocina de Ushuaia, ese lugar del fin del mundo, lleno de magia, que le enseñó nuevas maneras de enriquecer su siempre inquieto paladar.
En su escritorio quedaron las notas de nuevos temas para compartir con sus lectores, y en sus amigos y familiares, la memoria de un ser que encontró en las cocinas, una razón para vivir y soñar.