Vendían 150 mil hamburguesas cada mes hasta que cayó la pandemia. Iván Castaño, uno de los socios de la empresa, recuerda que esa época de mediados de marzo todo parecía una pesadilla. “Teníamos más de veinte puntos de venta en operación y de un momento a otro pasamos a cero. Cerramos, todo se cayó. A todas las empresas les ocurrió”.
Y, como todas las empresas, Chef burger montó su comité de crisis, para enfrentar un panorama tenaz compuesto por el miedo a contagiarse, la incertidumbre económica, el sostenimiento de 400 empleos. “Estábamos como anestesiados”, recuerda.
Pero pasaron dos semanas de comité de crisis hasta que decidieron cambiarle el nombre por el de comité de oportunidades. El tonito, se dice, es muy importante. Y Castaño lo ratifica: “queríamos tener otra mentalidad, dejar el pesimismo, mover el estado de ánimo del equipo, pensar en positivo y en soluciones”.
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Seguir hablando del problema, pensaron, poco iba a aportar.
Otra acción fue abrir una reflexión con todo el equipo, “con los pelaos”, dice Castaño, y papel y lápiz en mano sacaron un rato para responder tres preguntas: ¿Cuál enseñanza les ha dejado esta época de pandemia?; ¿A qué le daba mucho valor antes de que todo esto ocurriera?; y ¿a qué no le daba importancia y ahora se dio cuenta de que tiene mucho valor? “La gente, que venía de ánimo bajito, cambió el chip”, celebra el socio tres meses después.
Esta crisis en un futuro será una anécdota. Hay que sacarle provecho y salir de ella como mejores personas y como mejor empresa.
Enviar personal a vacaciones, reestructurar contratos, aplicar flexibilización laboral, por ejemplo convertir 100 contratos de tiempo completo en 200 de medio tiempo, fueron otras medidas aplicadas en Chef burger.
Luego llegaron ayudas del Gobierno para el pago de salarios y reincorporaron puntos de venta para la operación de domicilios, incluso abrieron nuevas zonas, una de ellas un food truck en Bello, con el concepto de cocina oculta para el envío de producto. “Este es un reto de decisiones día a día; hoy Chef Burger es una empresa de domicilios y así reestructuramos el pyg”, señala Castaño.
¿Cómo están hoy? De 150 mil hamburguesas por mes, pasaron a 55 mil. Los números no son los mismos, pero la empresa, dice el socio, “salió de la zona de confort, nos obligamos a dejar de ser paquidérmicos para tomar decisiones y la situación nos impulsó a desarrollar nuevos modelos”.