Al atardecer se oirá el nocturno de Mariarosa

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Esta joven pianista, aprendiz de Ana María Orduz, toca desde los tres años y se ha presentado en Medellín, Bogotá y este año, en Texas 

Por Laura Montoya Carvajal

A la baranda del balcón llegan los pájaros a cantar, en respuesta a las notas que toca Mariarosa Velásquez en el piano de su apartamento. Una de sus canciones, además, hace llorar a su mamá, aunque hace más de un año la intérprete de 14 años se la compuso.

Tocar esta pieza, Los colores de Ana, hace ver a la joven pianista súbitamente mayor frente a su instrumento. Sus manos delgadas recorren el piano, sacándole al principio suaves melodías que sigue con torso y cabeza, y luego una sorpresiva sucesión de notas graves y bruscas le da paso a un final de nuevo pausado, lento y triste.


La compuso cuando su mamá, Ana María Henao, estaba enferma y era Mariarosa la que la maquillaba, la curaba y acompañaba en su tratamiento. “Yo tengo que tener una forma de expresarme, porque sí siento las cosas, pero no lo digo todo, entonces esa vez me senté en el piano e hice la composición”, dice.

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Al atardecer del sábado 6 de agosto, Mariarosa tocará esta canción, otras tres que ha escrito en años pasados y además diez obras de otros compositores en un recital al aire libre que ofrecerá en la Casa Teatro El Poblado. Este evento, según dice, lo han soñado por mucho tiempo en su casa, en especial su papá Óscar Velásquez.

“Al principio quería que fuera un recital solo de nocturnos”, explica. De estos hay seis, uno de los cuales ella misma escribió el año pasado, titulado Nocturno a la luna. Este tipo de pieza es su favorita. También ese día tocará la Sonata Patética de Beethoven, obra que adora desde que era pequeña. “Mis profesores me dicen que tengo que tocarla cuando tenga quince, que estoy muy chiquita. Esta obra tiene una dificultad muy alta, más que todo en la forma de entender la pieza. Es muy difícil también en lo técnico porque necesita mucho esfuerzo de la mano izquierda”, describe la joven.


Su habilidad viene de la formación que ha recibido desde los tres años en el piano, primero con su papá y luego con varios maestros . Ahora también estudia violín, flauta, flamenco y pintura. Su casa está llena de sus cuadros, donde deja ver sus sueños para el futuro. “Yo quiero tener la música como un hobby, como un amigo que me acompaña y me hace feliz, pero quiero ser oftalmóloga o neurocirujana”, asegura.

Por eso, muchos de sus cuadros representan ojos: el de su mamá, el de un camaleón… incluso uno de ellos tiene pintado en la retina a Alfred Nobel, (porque su sueño es ganarse el premio de medicina). También ha pintado cerebros y corazones, estos últimos porque su papá es cirujano cardiovascular. Pintó además las manos con las que crea.

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El recital será a las 6 de la tarde en el parque aledaño de la Casa Teatro El Poblado y tendrá entrada libre.

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