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Aire enrarecido | ||
A pesar de que el Día Sin Carro es promocionado como parte del Día de la Tierra, la verdad es que en nuestro medio esa restricción al vehículo particular tiene poco o ningún efecto sobre la calidad general del aire que respiramos. Efectivamente el Día Sin Carro todos percibimos un aire como de domingo, pero a la larga, eso se debió más a la descongestión vial, ya sabemos las consecuencias que los tacos causan en el comportamiento humano, que a la calidad del aire propiamente dicha. Y más allá de cualquier especulación, el 22 de abril pasado fue el festival de la volqueta y el humo en las lomas de El Poblado, como está registrado en esta misma página. Todo esto del Día Sin Carro nos parece algo como, a riesgo de que la comparación parezca chocante, dejar de comer por un día para después concluir que el mercado esa semana rindió más. Si fuera de la calidad del aire de lo que estamos hablando, las medidas que deberían tomar los gobiernos del Valle del Aburrá serían muy drásticas. El Municipio de Medellín lo sabe porque mediante su Secretaría de Salud ha financiado investigaciones científicas que han arrojado resultados aterradores. Un grupo de investigadores del Ces y la Universidad de Medellín encontró que casi la mitad de los niños menores de 5 años puede sufrir enfermedades respiratorias debido a la mala calidad de nuestro aire. Como lo publicó Vivir en El Poblado en 2008: la calidad del aire de Medellín es mala para la salud y los más pequeños son sus primeras víctimas. Más de la mitad de los menores de 5 años de Medellín sufrieron enfermedades respiratorias durante el tiempo de investigación y medición del estudio (9 meses de 2006). En ese período hubo aproximadamente 100 mil consultas en la ciudad solo por sintomatología respiratoria. Después de eso, y podríamos suponer que en parte por eso, pues al menos así lo justificó en parte la Alcaldía en su momento, se nos vino el pico y placa de 8 horas repartidas en dos días a la semana, y la presión a Ecopetrol para que venda en la ciudad combustible diesel (aún no se pide lo mismo para la gasolina) que cumpla los estándares ambientales internacionales. En ese camino estamos. Pero también el mismo Alcalde, el actual, decidió que el combustible que van a usar los buses de Metroplús sea el gas, que contamina menos que el diesel, pero que sí contamina, y no se hace nada por fomentar el uso de automóviles no contaminantes (híbridos, eléctricos), como los que ruedan hoy por muchas ciudades del mundo, ni se sacan de circulación los miles de buses que los estudios del Municipio muestran que sobran, ni mucho menos se organiza y profesionaliza el transporte público para que sea una alternativa real al vehículo particular, incluidas las motos. Contradicciones como estas son las que hacen pensar que no es de aire de lo que hablamos cuando se toman medidas como las citadas. |
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